El rechazo a Sánchez reúne en Madrid a una multitud pero sin 'foto de Colón 2'

Aunque tanto desde el PP –objetivo de algunos panfletos anónimos que se repartieron comparándolo con el PSOE– como desde Ciudadanos se animó oficialmente a sus simpatizantes a acudir a la concentración en la gélida mañana sabatina en Madrid, lo cierto es que la ausencia de un mandato movilizador como tal se dejó notar en la asistencia. La multitud sí que llenó la Plaza de Cibeles y desbordó el inicio de las vías aledañas como la calle Alcalá, el paseo de Recoletos o el del Prado. Pero la muchedumbre no llegó al volumen de la concentración celebrada el 10 de febrero de 2019 bajo el monumento a Colón, en la que la imagen compartida por    Abascal y los entonces líderes del PP y Cs, Pablo Casado y Albert Rivera, se ha convertido en munición política recurrente para la izquierda.

A aquella protesta acudieron, según la Delegación del Gobierno, 45.000 manifestantes. Ayer, los rebajó a 31.000. Los convocantes que propiciaron la 'foto de Colón' cifraron en 200.000 las personas que secundaron la concentración de hace tres años. Los organizadores de la de este sábado en Cibeles aseguraron haber reunido a medio millón de ciudadanos descontentos con Sánchez. En cualquier caso, la movilización fue más numerosa que la protagonizada en solitario por Vox en Colón el pasado noviembre.

Santiago Abascal fue el único líder de un partido nacional que acudió a la concentración auspiciada por Foro España Cívica y Fundación Foro Libertad y Alternativa y secundada, entre otras plataformas, por Unión 78, la que encabezan Rosa Díez y Fernando Savater; Libres e Iguales, de Cayetana Álvarez de Toledo;o NEOS, de Jaime Mayor Oreja.

El perfil bajo que ha procurado el PP ante esta protesta para no unir su imagen a la de Vox, tras varios días además de pulso con la ultraderecha por la polémica sobre el aborto en Castilla y León, fue evidente. Ni rastro de Alberto Núñez-Feijoo ni tampoco de Isabel Díaz Ayuso. Los populares dejaron su representación en rostros más discretos como el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local, Pedro Rollán, el de Organización, Miguel Tellado, y la portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat.

Tampoco la nueva dirección de Ciudadanos de Patricia Guasp quiso reproducir la 'foto de Colón', aunque sí se unieron al acto la exlíder naranja y portavoz en el Congreso, Inés Arrimadas, o la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís. Aunque no estuvo, Feijóo sí arropó en Twitter los motivos de la movilización, al tiempo que respondía la la crítica de «excluyente» de Sánchez situando la convocatiria «fuera del ruido independentista y de las comparaciones gratuitas».

Las decenas de miles de personas que se congregaron en la plaza de la Cibeles (Colón no pudo ser el escenario de esta nueva demostración de músculo del 'antisanchismo' porque un convocante de una protesta de ultraderecha se adelantó por unos minutos en pedir ese espacio a la Delegación del Gobierno) exigieron la convocatoria de elecciones anticipadas y, entre una marea de banderas españolas, clamaron particularmente en contra de las últimas reformas legales del Gobierno para «contentar» a sus socios con la derogación de la sedición y la modificación de la malversación. Aunque también hubo numerosas proclamas contra la controvertida ley del 'solo sí es sí' y la rebaja de condena a agresores sexuales.

El llamamiento de la convocatoria era todavía más amplio. Pedía la movilización ciudadana ante la «crítica situación» que vive España, también por el «asalto» al Poder Judicial, la «colonización» de forma «partidista» instituciones como el Tribunal Constitucional, la excarcelación de terroristas o el aumento de la criminalidad, el paro juvenil o la pobreza infantil.

Los carteles y gritos fueron especialmente virulentos contra el jefe del Ejecutivo central. De hecho, en una gran pancarta situada en lugar preferente de la concentración, se podía leer: «Fuera el mentiroso, traidor, apátrida, psicópata y okupa de Moncloa. Fuera Pedro Sánchez». Una gigantesca fotografía del presidente transformado en Pinocho también se dejó ver desde cualquier rincón de la plaza.

«Estamos aquí junto a miles de españoles, en la mejor compañía y frente al peor Gobierno de nuestra historia, frente al Gobierno de la mentira a los electores, frente al Gobierno de los pactos oscuros con todos los enemigos del orden constitucional y de la unidad de la nación», apuntó Santiago Abascal al inicio de la concentración.

«El Gobierno entrega todos los resortes del Estado de Derecho a Bildu y ERC, que son los que lamentablemente dirigen este país», señaló por su parte Tellado, quien insistió en la «incompetencia» y «soberbia» del Ejecutivo de Sánchez, que «está permitiendo que agresores sexuales salgan de prisión antes de tiempo y está permitiendo que más de 200 hayan visto sus penas reducidas».

Arrimadas puso el acento en que « Sánchez es un peligro para España», al tiempo que garantizó que «los que pactan con Bildu no nos van a hacer agachar la cabeza».

El acto acabó con la lectura de un manifiesto en el que dos activistas de las asociaciones convocantes, Júlia Calvet y Nacho Trillo, desde el escenario instalado a los pies del Ayuntamiento de Madrid denunciaron el «plan de mutación constitucional que está siendo acordado con los representantes del populismo totalitario, los nacionalistas secesionistas y los herederos del discurso del terror de ETA».

«Sánchez está corroyendo nuestra democracia, socavando nuestras instituciones y dividiendo a la población», abundaron los dos portavoces, quienes alertaron de que España con el actual Ejecutivo se encamina a «una democracia defectuosa e incompleta y en una España desprestigiada, decadente y menguada». «¡Los españoles no hemos votado lo que está sucediendo!», clamaron desde el escenario los convocantes, que cerraron su alocución con un «¡Viva la Constitución! ¡Viva el Rey! y ¡Viva España!».