Milei regresa a España con polémica y las relaciones congeladas entre ambos países

Las relaciones todavía están quebradas entre ambos países. El Gobierno aún no ha revertido la drástica decisión que adoptó de retirar de Buenos Aires a la embajadora española y el mandatario argentino no ha cesado en sus duras críticas al secretario general del PSOE en el tiempo transcurrido desde entonces. Esta misma semana, de hecho, le ha equiparado con Nicolás Maduro.

En esta ocasión, y al igual que en mayo, no será recibido por el presidente del Gobierno ni por Felipe VI. Con el primero no ha tenido nunca intención de reunirse. Algo que ayer afearon fuentes diplomáticas. Mientras que con el monarca, en cambio, sí que ha tratado de concertar una cita, lo que finalmente no será posible: en la agenda de la Casa Real no hay rastro de un eventual encuentro con el soberano.

Quien sí le recibirá, y con honores, será la presidenta madrileña, Isabel Díaz-Ayuso. A pesar de que la dirección nacional del PP no respaldó a Milei tras sus palabras sobre la esposa de Sánchez, la líder regional de los populares sí quiere dejar impresa negro sobre blanco su simpatía por el mandatario y le hará entrega este viernes a las siete de la tarde en la Casa Real de Correos de la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid. Se trata de un premio que se otorga a personalidades extranjeras en reconocimiento a su labor institucional. Tras ello, el economista argentino avanzará unos metros para ser condecorado con otra distinción en el Casino Real. Allí, el instituto Juan de Mariana le premiará por su «defensa ejemplar de las ideas de la libertad».

Fuentes diplomáticas se pronunciaron ayer sobre la visita del presidente argentino para recordar que el Ejecutivo le proporcionará durante su visita «el trato» que merece un jefe de Gobierno, pero le recriminándole «su actitud de búsqueda de la confrontación» y el no haber solicitado reunirse con Sánchez. Las mismas fuentes también mostraron su sorpresa por el hecho de que Ayuso vaya a recibir a Milei, lo que interpretan como una «deslealtad» que incumpliría incluso la Ley de Acción y del Servicio Exterior que aprobó Mariano Rajoy. Según Patxi López, la líder regional solo quiere «jorobar».