Marta Rovira acompañada por el diputado Ruben Wagensberg (3i), el vicepresidente de Ómnium Cultural Oleguer Serra (2i), el empresario Josep Campmajó (i) y el periodista Jesús Rodríguez (d), a su llegada esta mañana a la localidad de Salses (Francia). EFE

Marta Rovira: las lágrimas del 'procés'

Perfil ·

Lidera el sector renovador, que aboga por nuevos liderazgos y pide a Junqueras que no siga

Cristian Reino

Barcelona

Viernes, 12 de julio 2024, 08:34

Marta Rovira es secretaria general de ERC desde 2011. Sustituyó a Joan Ridao. Ha pilotado el partido de la mano de Oriol Junqueras durante 13 años. Tras las elecciones catalanas del pasado 12 de mayo, en las que Esquerra perdió 13 escaños, anunció que cesaría ... del cargo tras el congreso extraordinario de la formación previsto para noviembre de este año. Las elecciones catalanas fueron el desencadenante de su divorcio de Junqueras. Dimitió como presidente del partido, pero su intención es ser reelegida en el congreso. Rovira lidera el sector renovador, que aboga por nuevos liderazgos y pide a Junqueras que no siga.

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En 2014 defendió la celebración de un referéndum desde el Congreso, junto a Jordi Turull (entonces CiU, ahora Junts) y Joan Herrera (ICV, ahora comunes). En 2017, formó parte del llamado estado mayor del 'procés', el sanedrín que decidía todos los pasos del desafío al Estado en octubre de 2017. Por su participación en la organización del referéndum, el Tribunal Supremo la imputó por rebelión en diciembre de 2017. En marzo de 2018 fue citada a declarar. No acudió. Renunció a su acta de diputada y huyó a Ginebra, donde ha vivido desde entonces.

No quería ir a prisión, como sus compañeros de partido Oriol Junqueras, Raül Romeva, Carme Forcadell y Dolors Bassa. Desde la ciudad suiza ha dirigido ERC y ha pilotado negociaciones clave, como la investidura de Pedro Sánchez o la ley de amnistía. El 6 de noviembre de 2023, el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón la citó como investigada por un presunto delito de terrorismo vinculado en el caso Tsunami Democrático.

Ahora no regresa por la ley de amnistía, sino por un error del juez instructor que prorrogó la investigación fuera de plazo. La Audiencia Nacional invalidó todas las diligencias desde 2021, lo que llevó a García Castellón el archivo de la causa. Ni una semana después, ya ha regresado a Cataluña. La derogación de la sedición, por la que estaba imputada tras decaer la rebelión, la ha beneficiado. Pasó a estar investigada por desobediencia. En 2023, su regreso parecía inminente, hasta que García Castellón la imputó por terrorismo en Tsunami Democrático.

Guerras internas

En todo caso, Rovira debe hacer frente a la guerra que se está librando en ERC. Hoy mismo hay ejecutiva del partido y consejo nacional. Tiene que decidir sobre el caso Maragall, un escándalo que ha explotado en el seno de la formación en plena pugna entre los roviristas y junqueristas y en plenas negociaciones sobre la investidura catalana. Rovira es tras el cese de Junqueras la máxima ejecutiva del partido. Debe decidir si pacta con el PSC, con Junts o si aboca a Cataluña a nuevas elecciones. Si hay elecciones, Puigdemont intentará seducir a ERC para ir juntos en la misma candidatura, como en 2015.

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Tras el referéndum ilegal del 1-O de 2017, en una reunión del estado mayor del 'procés', el expresidente planteó a Rovira y Junqueras la idea de convocar elecciones y concurrir juntos. David Madí, mano derecha de Mas durante años, en el libro que acaba de publicar ('Merecer la victoria'), detalla cómo los republicanos se negaron, con «alguna que otra lágrima de emoción melodramática» por parte de la dirigente republicana. La razón era que no aceptaban una lista conjunta encabezada por Puigdemont. ERC insiste en rechazar la OPA de Junts. Pero la situación de Esquerra (cuatro derrotas electorales consecutivas) podría recomendarle a minimizar daños bajo el paraguas de Puigdemont en unos comicios.

Rovira siempre ha defendido con vehemencia sus posiciones. La periodista Lola García, en el libro 'El Naufragio', describe la escena del día anterior a la DUI, cuando Puigdemont anunció al sanedrín del 'procés' que su intención era convocar elecciones. La lista única ya estaba descartada. «Esto es una traición», gritó Rovira «muy exaltada». Junqueras no se mojó en esa reunión y dejó a su mano que llevara la voz cantante, quien de forma «airada», reprochó al presidente que el pueblo no le perdonará y la historia le juzgará por sus actos.

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Wagensberg, del activismo al Parlament

Ruben Wagensberg dio el salto a la política en 2018 como diputado de ERC, cargo que aún conserva. Nieto de judíos polacos que huyeron del nazismo, antes de su entrada en política fue activista a favor de los derechos humanos y en defensa de los refugiados. Fue uno de los impulsores de la organización 'Casa nostra, casa vostra' y de la campaña «Volem acollir (queremos acoger)', tras participar en campos de refugiados en Grecia. En febrero de 2017, organizó una gran manifestación en Barcelona a favor de la acogida de refugiados. Forma parte de un partido que precisamente días atrás rechazó la propuesta del Gobierno sobre el reparto de menores migrantes.

En 2021 pasó de diputado raso a secretario de la Mesa del Parlament. En febrero de 2024, el Tribunal Supremo le abrió causa penal por el delito de terrorismo en el caso Tsunami. En enero, ya había huido a Ginebra, al ver la instrucción de García Castellón. En la investigación, el juez situaba a Wagensberg, bajo el alias 'Konan', como uno de los responsables de la elección del aeropuerto de El Prat como primera acción potente de 'Tsunami'.

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