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Albares, el pasado martes en Lisboa. Efe
Marruecos, Cuba y Gibraltar, los retos de Albares en Exteriores

Marruecos, Cuba y Gibraltar, los retos de Albares en Exteriores

El jefe de la diplomacia española confía en recuperar las relaciones con Rabat creando un marco que evite que estas crisis sean cíclicas

Lunes, 9 de agosto 2021, 00:56

En el Palacio de Santa Cruz, cuartel general de la diplomacia española, imperan las tradiciones. Pero a nadie le sorprendió que José Manuel Albares rompiera una de las costumbres más arraigadas en el Ministerio de Asuntos Exteriores, la de elegir Marruecos como primer destino tras su nombramiento como ministro. Era más que evidente que las relaciones con Rabat, socio estratégico del Norte de África y país «amigo», continuaban deterioradas desde la llegada del líder delFrente Polisario, Brahim Ghali, a Logroño, el pasado 28 de abril, para tratarse de la covid-19. El detonante de una cuestión que tiene como telón de fondo la soberanía del Sáhara Occidental y que se suma a las protestas en Cuba y al tratado sobre Gibraltar como sus principales retos un mes después de su nombramiento.

Albares, en cambio, reunió primero a sus antecesores bajo los gobiernos del PP y PSOE, desde Arancha González Laya –de cuyas manos recibió la cartera ministerial el pasado 12 de julio y que también rompió la tradición de estrenarse en Marruecos– hasta Abel Matutes. Su llegada al cargo se había producido en mitad de las protestas en Cuba, sin tiempo a reaccionar ni a deshacer, siquiera, las maletas que había hecho a toda prisa en su anterior destino, la Embajada de España en París.

Pero cuatro semanas después, el asunto marroquí sigue encallado y los canales de comunicación entre ambos países están rotos. Sobre todo desde que entre el 17 y el 18 de mayo se produjera el cenit de la crisis con la entrada de más de 10.000 ciudadanos marroquíes por la valla de Ceuta ante la pasividad de las fuerzas policiales de Marruecos, y que varios miembros del Gobierno calificaron directamente como «invasión».

Tampoco bastó el regreso de Ghali a Argelia. La embajadora de Marruecos en Madrid, Karima Benyaich, advirtió al Gobierno de que esto no era «suficiente» para terminar con la crisis.

Albares viajó el pasado martes a Lisboa para preparar, junto a su homólogo portugués, la cumbre bilateral entre España y Portugal que se celebrará el 28 de octubre en Trujillo (Cáceres). Desde allí pidió «tiempo» para retomar las relaciones con Rabat y restó importancia a la cuestión de su primer destino. «El primer viaje a Marruecos será importante, pero más lo será el segundo, el tercero o el cuarto. Eso es lo que hay que consolidar», aseguró.El objetivo es mantener un marco sólido de relaciones, para que las crisis con Marruecos no se conviertan en cíclicas. Pero esto, explican fuentes diplomáticas, «requiere paciencia».

Tratado con Reino Unido

El primer destino internacional del nuevo ministro de Exteriores, en cambio, fue Londres.El 22 de julio Albares se reunió con su colega británico DominicRaab con el objetivo de suavizar el rechazo de Reino Unido al mandato negociador de la Comisión Europea sobre el futuro tratado que regulará las relaciones entre el Peñón y la UE.

Desde Reino Unido consideran que el tratado firmado el pasado 31 de diciembre «pretende socavar la soberanía británica» sobre la colonia. En concreto, molesta en Londres la disposición de que «los guardias de fronteras españoles» sean los encargados de controlar las entradas a Gibraltar a través del puerto, aeropuerto y aguas adyacentes.

En el caso de Cuba, Exteriores evita calificarla oficialmente de «dictadura». La postura de la diplomacia española durante las protestas contra el Ejecutivo de Miguel Díaz-Canel se guió por la cautela. Albares es partidario de buscar una posición común en la UE y exigir a La Habana la liberación de los detenidos y que se escuchen las demandas de los manifestantes.

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