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javier martínez
Valencia
Miércoles, 20 de marzo 2019, 12:26
La joven encarcelada por el asesinato de sus dos hijos, María G. M., de 28 años de edad, protagonizó el domingo un incidente violento en el módulo de enfermería del centro penitenciario de Picassent. La reclusa sufrió otro bote psicótico, al parecer, y comenzó a ... propinar puñetazos y patadas a las funcionarias porque no quería entrar en su celda. También mordió a una de las trabajadoras durante el forcejeo. Los hechos ocurrieron después de la comida y poco antes del recuento de reclusas. María tuvo que ser reducida por las funcionarias y fue asistida por un médico.
Según informaron fuentes penitenciarias, la joven gritó que quería hablar con sus hijos. Era la primera vez que mencionaba a los niños desde que ingresó en la cárcel. La presunto parricida sufre problemas mentales y alucinaciones, según el forense que la reconoció, y el día de los crímenes de los niños, una bebé de cuatro meses y su hermano de tres años y medio, parece que sufrió un brote psicótico.
El módulo de enfermería del centro penitenciario de Picassent no tiene unidad de psiquiatría y dispone de hasta 21 plazas de sanitarios, aunque en la actualidad solo hay seis médicos en distintos turnos para atender a cerca de 2.000 reclusos, según informaron fuentes sindicales. Un psiquiatra suele ir una vez a la semana para controlar la medicación de los presos que padecen enfermedades mentales y reconocer a los que han podido sufrir algún brote psicótico, como la madre de los niños de Godella.
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