Madaula en una reciente intervención en el Parlamento de Cataluña Efe

El 'caso Madaula' reabre las heridas internas en Junts

Vuelve el riesgo de ruptura a la formación de Carles Puigdemont, pero ahora no es por la cuestión soberanista: el sector pragmático aumenta su control

Cristian Reino

Barcelona

Domingo, 3 de diciembre 2023, 00:22

La tregua vivida durante la negociación de la investidura presidencial de Pedro Sánchez se ha terminado en el seno de Junts y regresan las hostilidaes entre los dos sectores: los pragmáticos de la antigua Convergència y los unilateralistas. El riesgo de escisión regresa.

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La ... presidenta del Parlamento catalán, Anna Erra, le enseñó el pasado jueves la puerta de salida de la Mesa de la Cámara catalana a Aurora Madaula. Erra y Madaula son de Junts y ambas son las dos representantes del partido en la Mesa del Parlament. Se reunieron por espacio de 40 minutos. En el encuentro, Erra trasladó a Madaula que ha perdido su confianza y la del partido. Y le pidió que abra una reflexión sobre su continuidad en la Mesa.

Junts presiona a Madaula, que es además vicepresidenta del partido, por sus denuncias de «violencia silenciosa» y «machista» entre algunos de sus compañeros de formación. Es del sector más radical. Es muy afín a Laura Borràs, tiene un perfil de izquierdas y forma parte de una corriente de la formación integrada por cargos que proceden del activisimo (nacionalista) y que no tienen cultura de partido. Mientras Junts actuaba como un movimiento político no pasaba nada, pero las siglas de Puigdemont intentan volver a parecerse a un partido clásico al uso. Ahí es cuando chocan uno y otro sector.

Los próximos a Borràs, que ya amenazaron con la ruptura cuando fue apartada de la presidencia del Parlament, y la dirección encabezada por Jordi Turull libran desde hace meses una pugna por el control de la formación. Turull es secretario general y ya era dirigente en la antigua Convergència. Laura Borràs es la presidenta y lidera a todos aquellos que se unieron a Junts como «hijos del 1-O».

Madaula apoyó días atrás -y sin avisar a su grupo parlamentario- una resolución en la Cámara catalana a favor del derecho al aborto en Andorra, donde está prohibido, y fue desautorizada por Junts, donde conviven conservadores, centristas, liberales, democristianos y socialdemócratas. El pasado 25 de noviembre, entre lágrimas, habló de violencia machista en el partido. El tema ha sido la gota que ha colmado el vaso y la formación le ha enseñado la puerta de salida. Se trata de un capítulo más de la pugna entre los dos sectores que conviven en Junts. Los de Borràs han ido perdiendo fuerza interna. Y, de hecho, en un principio se oponían a pactar con Pedro Sánchez y lo han acabado por asumir.

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Expediente de expulsión

Junts ha abierto además un expediente a Madaula, que podría acabar con su destitución como vicepresidenta del partido. Si es cesada como vicepresidenta, estará abriendo la puerta a la escisión que amenaza desde hace meses a Junts. Hasta la fecha, el sector más radical amagaba con romper y unirse a la lista que están impulsando entre la ANC y Clara Ponsatí. Pero la razón de la ruptura tenía que ver con el distanciamiento de la vía unilateral. Las tesis pragmáticas ha ganado al pactar la investidura de Pedro Sánchez. Solo hace un año, los radicales impusieron su criterio para salir del Govern.

La ruptura, en cambio, podría desencadenarse por cuestiones ideológicas, por el regreso del partido a sus antiguas posiciones de centro derecha, como era Convergència. Puigdemont ya ha advertido al respecto. El martes pasado, en conversación con el líder del PPE, Manfred Weber, amenazó al Gobierno con apoyar una moción de censura impulsada por el PP, avisó con que podría tumbarle los presupuestos y le alertó de que puede votar junto al PP, por ejemplo en cuestiones relacionadas con Israel.

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