Los presidentes autonómicos del PP inauguraron este viernes la ronda de contactos bilaterales que Pedro Sánchez ha iniciado con la financiación como campo de batalla. Lo hicieron mandando un mensaje claro al presidente del Gobierno: su oposición al «demoledor» pacto con ERC para dotar a ... Cataluña de un concierto económico popio o a cualquier otro acuerdo que se pueda alcanzar sin el consenso de todos los territorios es «total».
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Juanma Moreno y Alfonso Rueda, los primeros del PP en ser citados y desfilar por la Moncloa, exigieron al presidente del Ejecutivo discutir un nuevo modelo desde la «multilateralidad» en una conferencia de presidentes, la cual lleva sin reunirse desde marzo de 2022, cuando la cumbre se celebró con la pandemia como eje de la agenda. El líder del PSOE les confirmó que esta tendrá lugar de forma «inminente», pero rechazó tratar la cuestión de la financiación porque no es el «foro adecuado» –de hecho, el tema principal de esa reunión será la vivienda, como ya anunció Sánchez en el inicio de curso político el pasado 4 de septiembre–.
El presidente andaluz lamentó nada más comparecer que saliera de la reunión sin «ningún compromiso concreto» sobre las 100 medidas que llevó a Sánchez para su región, aunque en lo que más se centró fue en el desastre que, a su juicio, supondría cumplir lo acordado con ERC en materia de financiación. Algo que, según el dirigente popular, haría perder a Andalucía en torno a 6.000 millones de euros en recursos.
«Si no da marcha atrás, Andalucía hará valer todo su peso para evitar la ruptura de facto de la igualdad entre los españoles», aseveró Moreno tras desplegar un discurso conciliador en el que dijo que quiere «lo mejor» para la Cataluña en la que él mismo nació como consecuencia de la inmigración de la década de los 70». «Pero el mejor de los futuros para Cataluña no se construye solo atendiendo al independentismo», objetó el presidente andaluz, quien afeó expresamente a Sánchez haberle citado «sin orden del día».
Rueda, por su parte, reflejó el sentir en las filas de los populares al tildar de «demoledor» el acuerdo con ERC para otorgar un nuevo estatus fiscal a Cataluña y pidió también a Sánchez «cortar de raíz» la posibilidad de acuerdos singulares. «Los pactos de financiación singulares, como el que se anuncia con Cataluña, perjudica a todas las comunidades y desde luego a Galicia, que perderá respecto al reparto actual 450 millones», cuantificó el primero de los barones populares que se reunió con Sánchez siguiendo el estricto protocolo fijado por la aprobación de los estatutos de autonomía. Antes que él había pisado la Moncloa el nuevo lehendakari vascos, Imanol Pradales, para el que el problema pasa por que la defensa de la singularidad catalana que él sí defiende lleve a criticar como insolidario el Concierto vasco.
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Al igual que Moreno, Rueda trasladó a Sánchez una lista de exigencias «necesarias» para el porvenir de su región. Entre ellas, la inversión en infraestructuras o el traspaso de competencias como la autopista AP-9. Temas similares, recordó, a los que ya puso encima de la mesa hace dos años –en julio de 2022, tras reemplazar a Alberto Núñez Feijóo al frente del Ejecutivo gallego–, en el primer cara a cara entre ambos.
A pesar de las duras críticas de ambos líderes, Sánchez, según su versión, no les ofreció detalles sobre qué piensa hacer con el compromiso adquirido para atar la investidura de Salvador Illa. Respecto a si les llegó a plantear algo a cambio de dar su visto bueno al acuerdo singular –como una posible condonación de la deuda autonómica–, tanto Rueda como Moreno negaron que este viernes mediara oferta alguna, señalando que el jefe del Ejecutivo se había limitado a trasladarles que esas quitas constituyen otra fórmula dentro del sistema de financiación general.
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Las reuniones evidenciaron la dificultad para forjar un entendimiento tras el pacto bilateral sobre Cataluña y la espera de que se convoque el Consejo de Política Fiscal y Financiera que reúne a las comunidades del régimen común. El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, que compareció antes de cada presidente, solo constató que el acuerdo sobre un nuevo modelo de financiación debe tomarse en ese foro, sin fecha aún. Mientras, Sánchez continuará con su ronda el próximo viernes con los líderes populares de Cantabria y La Rioja y el socialista de Asturias. El presidente de Castilla-La Mancha, el muy crítico Emiliano García-Page, acudirá a Moncloa el 4 de octubre.
El PP tenía claro desde que el secretario general del PSOE anunció su voluntad de abrir una ronda con todos los presidentes que estos debían acudir a la cita, pero con una posición unívoca y común de no negociar bilateralmente como pretende su anfitrión. Génova y sus barones territoriales creen justificado ejercer la responsabilidad que conlleva representar al principal partido de la oposición ante la Moncloa y también, al tiempo, que Sánchez les ha brindado la oportunidad –aunque su intención fuese la de sembrar discordia– de marcar una posición férrea frente al pacto con ERC.
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La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, fue la única que puso en entredicho si los barones tenían que asistir o no a la convocatoria de Sánchez y sigue siendo también la única que no ha confirmado todavía si acudirá a la cita. Preguntado por la posición de su correligionaria, Moreno se expresó con calculado cuidado, aunque sí se reafirmó en que uno debe atender la llamada «si el es el presidente del Gobierno quien te cita».
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