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Pedro Sánchez se dio un baño de autoestima con la militancia socialista -9.000 simpatizantes de toda España abarrotaron Ifema, según las cifras del partido-, en un acto en el que José Luis Rodríguez Zapatero volvió a erigirse en uno de los puntales del actual ... presidente del Gobierno, además de en el principal valedor, con permiso del propio líder del PSOE, de la ley de amnistía para los encausados por el 'procés'. Una dupla que contrasta con las críticas de referentes históricos como Felipe González.
El exjefe del Ejecutivo (2004-2011), uno de los invitados estrella del primer mitin del PSOE tras la exitosa investidura de su líder, llegó incluso a augurar que Sánchez «podrá presumir» en el futuro de la medida de gracia pactada con el independentismo como él lo hace del fin de ETA. Un legado, el del fin de la banda terrorista con él en la Moncloa, que el también exsecretario general del PSOE volvió a reivindicar, además de cargar contra la oposición por «decir que estamos en una dictadura»: «No hay un país democrático en el mundo donde se descalifique más a un presidente de Gobierno en una libertad de expresión absoluta».
La realidad es que hacía tiempo que el PSOE no lograba organizar un mitin tan multitudinario en la capital -se fletaron cerca de 15 autobuses-. Los socialistas tenían muchas muchas ganas de reivindicarse tras los ataques registrados las últimas semanas en distintas sedes del partido en protesta por la amnistía -sobre todo, en la madrileña de Ferraz- y por ello Sánchez quiso mandar un mensaje con el que subir la moral a la militancia de cara a la «dura» legislatura que tiene por delante.
Y lo hizo en forma de eslogan: «Os propongo que en esta legislatura hagamos como dice ese lema inglés, 'Keep calm & carry on', que viene a ser en español algo así como ante todo mucha calma y a seguir adelante», instó a los suyos su líder recurriendo al lema acuñado al inicio de la Segunda Guerra Mundial en el Reino Unido para subir la moral de la ciudadanía bajo amenaza de una invasión nazi inminente.
Una expresión que, precisamente, también han empleado los independentistas durante el 'procés'. La última vez, a principios de este mes, cuando Toní Comín, exconseller y eurodiputado de Junts, se refería a la inmediatez con la que podía resolverse el pacto PSOE-Junts para la investidura: «En la vida, cuando las cosas están cerca, 'keep calm», dijo entonces desde Perpignan (Francia).
El PSOE confirmó ayer que la primera reunión con Junts para avanzar en el cumplimiento de los acuerdos para la investidura de Pedro Sánchez se producirá esta misma semana en Ginebra (Suiza) y que dicho encuentro estará supervisado por una organización que ejercerá de verificador internacional. El presidente del Gobierno ya defendió durante su viaje a Oriente Próximo, en una conversación informal con los periodistas, el recurso a esta polémica mediación y las características que tendrán esas reuniones, tal y como informó este periódico.
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