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Instalada en una campaña electoral eterna, Cataluña se prepara, entre el pasmo y la rutina, para afrontar los comicios del 12 de mayo como un 'todos contra todos' en el que paradójicamente, y si las encuestas no van desencaminadas, ningún partido podrá gobernar en solitario. ... En ese clima de necesidad mutua y deseo de diferenciarse del rival, el president de la Generalitat y candidato de Esquerra, Pere Aragonés, lanzó este sábado su precampaña durante un acto en recuerdo de la proclamación de la Segunda República celebrado en el Parque de la Ciudadela de Barcelona y en el que buscó movilizar a los suyos vendiendo a su formación como «la única a la que le preocupa Cataluña». «El proyecto de Salvador Illa es España y el de Junts es Carles Puigdemont», resumió.
Su discurso, que había sido precedido por el del exvicepresident de la Generalitat y condenado por el 'procés' –posteriormente indultado–, Oriol Junqueras, fue una amalgama de puyas a sus rivales, especialmente a Junts, al que acusó de «no decir la verdad». Para ejemplificarlo, Aragonés defendió Esquerra es «la formación más represaliada», y tiró del recuerdo a los fugados a Suiza de su partido, con «un abrazo especial, a las puertas de que se apruebe la ley de amnistía» a Marta Rovira y Ruben Wagensberg.
Aragonès hiló su argumentario contraponiéndolo punto por punto al de Junts. De esa manera, señaló que los suyos son los que «siempre» han «dado la cara en favor de la libertad de Cataluña». Y en paralelo, a Salvador Illa, candidato del PSC, le acusó de representar los intereses de Pedro Sánchez en Cataluña y «no a los de la ciudadanía». «El Partido Socialista no conseguirá una mejor financiación para Cataluña porque solo sigue los dictados de la Moncloa. Tampoco defenderán el catalán», reprobó sin recordar que ha mantenido a los socialistas catalanes como principales aliados de su Gobierno en los últimos meses.
Todo saltó por los aires, precisamente, cuando los comunes de Ada Colau y Jessica Albiach tumbaron el 13 de marzo los Presupuestos de la Generalitat por no aceptar la construcción de un macrocasino en la provincia de Tarragona, como pactaron ERC y PSC. Una decisión que precipitó el adelanto electoral al 12-M. «Hemos malgastado una oportunidad histórica por culpa de la irresponsabilidad de los comunes», cargó Aragonès.
En el mismo tono de confrontación, el secretario general de Junts, Jordi Turull, aseguró este sábado que las elecciones catalanas «van de un plebiscito de Puigdemont o Sánchez» y añadió, en clara referencia al Ejecutivo de Aragonés, que «cuanto más cómodo y más amable le es al Gobierno de España el Govern de Cataluña, más incumple con Cataluña».
Illa, por su parte, fía sus opciones a defender una Generalitat sin vetos. Este sábado aseguró que quiere «tender la mano» al resto de fuerzas tras el 12-M. «No quiero un Govern de vetos, no quiero vetar a nadie», afirmó en un acto en Igualada (Barcelona).
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