A una semana para la constitución del Parlament, la primera batalla de la nueva legislatura catalana, todo sigue en el aire y, con las elecciones europeas de por medio, el resultado de las negociaciones no se conocerá hasta ese mismo lunes 10 de junio. Aunque ... unos y otros van dando pistas. Esquerra, derrotada en las urnas el 12-M pero el partido que tiene la llave de la gobernabilidad, anticipó ayer que «priorizará» la formación de una Mesa del Parlament de mayoría soberanista y de carácter «antirrepresivo», que pasaría por un pacto con Junts, CUP y los comunes. El independentismo perdió la mayoría absoluta hace tres semanas.
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La apuesta de los republicanos aleja de esta forma una alianza con los socialistas, que podrían llegar a ofrecer la presidencia del Parlamento a ERC a cambio de la investidura de Salvador Illa. Pero los republicanos, que no se habían significado de forma tan explícita hasta ahora, no quieren vincular las conversaciones de la Mesa y de la investidura del presidente de la Generalitat para tener más fuerza negociadora.
Junts ofreció ayer a ERC rehacer la «unidad independentista» para amarrar la mayoría en la Mesa del Parlamento catalán y así controlarla, con el objetivo de que Carles Puigdemont opte a ser presidente de la Generalitat. Esquerra compra la mayoría en la Mesa, pero sobre la investidura no se moja. Y mucho menos se deja atrapar por el propósito último de Puigdemont, que es hacer fracasar a Illa y forzar elecciones para reeditar una candidatura unitaria del secesionismo, que cuenta con el aval de la ANC del cantautor Lluís Llach, pero que ERC volvió a rechazar ayer de forma categórica. Junts emplaza a los republicanos a pactar la composición de la Mesa para facilitar que el líder de Junts sea designado candidato, dado que es su presidente quien propone al aspirante. Los junteros, además, piden «humildad» a Illa para que se aparte y admita que no tiene mayoría para ser investido.
El PSC solo podría contrarrestar un pacto a tres entre los independentistas para controlar la Mesa si llegara a una alianza con el PP y los comunes. Y para la investidura de Illa, los socialistas necesitan a ERC.
Junts trata de cortejar a los republicanos con la presidencia del Parlament a cambio de asegurarse que Puigdemont se someterá a la votación del hemiciclo antes que Illa. El líder de los junteros precisa del apoyo de Esquerra y que los socialistas se abstengan para salir investido. Su elección está cuesta arriba, pero Junts amenaza ya con retirar el respaldo a Sánchez si el PSC no facilita la reelección de Puigdemont. «Que nadie dé por sentado los votos de ERC», dice ERC haciéndose querer. Los republicanos niegan que les dé miedo una repetición electoral y advierten de que si Illa ambiciona su aval, debe aceptar un concierto económico, empezar a negociar un referéndum y fortalecer los servicios públicos.
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