Secciones
Servicios
Destacamos
Todo o nada. Órdago del juez Juan Carlos Peinado, que redobla su apuesta en la causa contra Begoña Gómez con el movimiento más arriesgado que puede hacer: intentar el interrogatorio como testigo del presidente del Gobierno. A la espera de que en las próximas semanas ... la Audiencia Provincial de Madrid desvele si para o no los pies al instructor y en plena andanada del Gobierno contra él, Peinado vuelve la mirada hacia el jefe del Ejecutivo como respuesta a la negativa de su esposa a dar explicaciones en sede judicial sobre sus actividades profesionales bajo sospecha y por las que está imputada por tráfico de influencias y corrupción en los negocios entre particulares.
No obstante, el objetivo de esta citación, que la Fiscalía va a recurrir de forma inmediata, se enfrenta 'a priori' a otros escollos relevantes más allá de la apelación del Ministerio Público. Primero, está por ver si Pedro Sánchez se acoge a su prerrogativa a poder declarar por escrito. Y segundo –y sobre todo– está por ver si el presidente se aviene a testificar por hechos que podrían perjudicar a su propia mujer. El artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento criminal establece, como norma general, que pueden estar dispensados de la obligación de declarar, si así lo quieren, los parientes más cercanos del procesado «incluido, obviamente, el cónyuge».
Sea como fuere, el magistrado se ha citado con Sánchez el próximo martes 30 de julio a las 11 horas de la mañana. No obstante, y a diferencia de lo que sucedió con Adolfo Suárez, Felipe González y Mariano Rajoy ante trances parejos, el actual jefe del Ejecutivo no se vería obligado a acudir al juzgado en el caso de que siga adelante la convocatoria. Su declaración no está prevista en la sede del Juzgado de Instrucción 41, el de Peinado, en la madrileña Plaza de Castilla, ya que el magistrado, para evitar un nuevo despliegue de seguridad como el de las dos declaraciones fallidas de Begoña Gómez, ha anunciado que él mismo tiene intención de desplazarse para efectuar el interrogatorio al jefe del Ejecutivo en su despacho oficial en el complejo presidencial de la Moncloa.
Noticias relacionadas
Melchor Sáiz-Pardo
Paula De las Heras
En una escueta providencia firmada el viernes y dictada solo horas después de que Gómez se acogiera a su derecho a no declarar, el juez vincula precisamente la decisión de interrogar a Sánchez con el silencio que guardó la imputada y la necesidad de aclarar a través de un testigo (con obligación, este sí, de responder a todas las preguntas) si el presidente pudo participar en una «modalidad de tráfico de influencia en cadena». Explica Peinado que su objetivo es «investigar la posible concurrencia de la influencia» y determinar si la «autoridad» de Sánchez fue la que facilitó ese supuesto intercambio irregular de favores.
Y es en esta coyuntura –señala el instructor– en la que «se considera conveniente, útil y pertinente recibir declaración al esposo de la investigada». El instructor abunda, aunque sin ofrecer más datos precisos, en que tanto los «documentos» que ya obran en estas diligencias previas 1146/2024 que abrió el pasado abril como las «declaraciones testificales que se han llevado a cabo hasta el presente momento» justifican la toma de declaración del presidente.
Un interrogatorio, avanza ya Peinado, que será grabado si se consuma. De hecho y en esa misma resolución, ordena a los servicios técnicos del juzgado que la víspera de la declaración se desplacen a la Moncloa para instalar los sistemas necesarios a fin de registrar la declaración. En su escrito, Peinado deja claro que no quiere errores que impidan tener la grabación del interrogatorio a Pedro Sánchez, por lo que también da instrucciones para que dos técnicos acompañen el 30 de julio a la comisión judicial para solventar cualquier incidencia en la logística.
El viernes, Vox, la acusación popular que estuvo presente en la citación de Gómez en representación también del resto de asociaciones acusadoras en este proceso, ya anunció su intención de reclamar la comparecencia judicial del presidente para explicar lo que su mujer se había negado a hacer acogiéndose a su derecho legal. Ya la pasada semana, y en esa misma línea de apuntar contra Sánchez, las acusaciones pidieron al juez que recabara de Presidencia las «agendas» de Sánchez y de su esposa entre 1 de junio de 2018 y el 1 de junio de 2023 y el libro de visitantes del complejo de la Moncloa en ese intervalo.
No obstante, la posibilidad de la citación del presidente en esta causa se convirtió en una alternativa cierta el lunes 15 de julio, después de la declaración, entonces como testigo, de Juan Carlos Barrabés, el empresario que ayudó a Begoña Gómez a montar su máster y que luego fue beneficiado con concursos públicos por un cuantía de más de 10 millones de euros por parte de las Administración central. Adjudicaciones posteriores a que la esposa de Sánchez le escribiera sendas cartas de recomendación en 2020.
Barrabés, además de reconocer sus encuentros con Gómez en la sede de la presidencia de Gobierno (entre seis y ocho, según las fuentes), apuntó a que el propio Sánchez entró en escena al menos en un par de ocasiones. El empresario, que se mostró muy vago en sus explicaciones y en el motivo que habría movido al jefe del Ejecutivo a pasarse por esas reuniones, tampoco quiso o supo precisar la fecha de esas apariciones del presidente y si estas intervenciones fueron en encuentros más amplios con otros emprendedores empresariales.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.