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El espacio político situado a la izquierda del PSOE se prepara para vivir su particular primavera roja. Con el ciclo electoral en barbecho –las próximas ... elecciones, las andaluzas, no están previstas hasta 2026–, las organizaciones que forman parte de esta constelación ya han empezado a tomar posiciones para una negociación que tiene como objetivo común reeditar la reunificación dle 23-J en las generales de 2027. No será sencillo, todos estos partidos comparten la preocupación por la penalización que supondría presentar listas separadas bajo el sistema D'Hont, pero al mismo tiempo buscan preservar su cuota de poder después de dos periodos marcados por la primacía, primero, del Podemos que lideró Pablo Iglesias, y, después, de un Sumar impulsado por Yolanda Díaz. Todo ello en un escenario marcado por el impacto en sus electorados del rearme militar en el continente y de una Izquierda Unida que pugna por volver a ser la fuerza hegemónica que articule todo este proceso.
Después de que Sumar y Podemos cerraran sus congresos en las últimas semanas con el objetivo de relanzar sus marcas, el siguiente en dar el paso ha sido precisamente IU. La organización que dirige Antonio Maíllo celebró este sábado la reunión de su coordinadora federal con el objetivo de sentar las bases de su nueva política de alianzas. El documento aprobado apuesta por que la formación lidere la construcción de un nuevo frente en el que estén presentes Podemos, Movimiento Sumar y el resto de formaciones que componen el espacio política como Más Madrid, los comunes o la Chunta Aragonesista, entre otros actores.
Los de Maíllo apuestan por una alianza que esté cimentada de forma horizontal –en el pasado ya lanzaron críticas a la forma que Yolanda Díaz tuvo de manejar la coalición Sumar– y donde las decisiones se tomen de forma democrática y con primarias que eviten hiperliderazgos. De hecho piden aprender de los errores del pasado y empezar de cero la construcción de un nuevo frente que aspiran a liderar. De hecho, consideran que en estas dos últimas legislaturas su trabajo no ha tenido el reconocimiento suficiente dentro de las coaliciones de izquierda que se han construido en los últimos años.
Podemos, por su parte, ha relanzado al tándem formado por Ione Belarra –al frente de la secretaría general– e Irene Montero –señalada como candidata de los morados para las próximas generales–. El partido que fundó Iglesias en 2014 se reivindica como la «izquierda transformadora» frente a lo que califican de forma despectiva como «la izquierda dócil» que, en su opinión, representa Sumar.
De hecho, Podemos ya no se considera socio parlamentario del Gobierno, sobre el que viene ejerciendo desde hace unos meses una labor de férrea oposición, especialmente por el plan de Pedro Sánchez para elevar el gasto militar al 2% del PIB, motivo por el que califican a la coalición de PSOEy Sumar como «Gobierno de la guerra» y llama a la movilización social en contra del mismo.
Interpelados constantemente por sus antiguos aliados electorales e incómodos por su relación con un Gobierno que aboga por seguir el plan de rearme europeo, IUha pasado a reivindicar también su tradición antimilitarista. Su portavoz parlamentario y líder del PCE, Enrique Santiago, recordó esta semana que cuando se celebró la Cumbre de la OTAN en Madrid en junio de 2022 él, que entonces era secretario de Estado de Derechos Sociales, fue el único miembro del Gobierno en acudir a las manifestaciones que se convocaron en contra de las mismas. «Y otros que nos señalan constantemente, no lo hicieron», apostilló en velada referencia a las entonces ministras Ione Belarra e Irene Montero.
Más allá de las puyas internas y rifirrafes, todas las organizaciones que componen el espacio político comparten el rechazo a la propuesta de Sánchez de destinar más fondos a Defensa y critican la dependencia que, argumentan, España tiene de Estados Unidos. La cuestión antibelicista, recuperar la bandera del 'No a la guerra', ha pasado a uno de los primeros planos en este proceso de reagrupamiento.
Movimiento Sumar rechaza las críticas que les llegan desde Podemos. Con una nueva dirección bicéfala formada por Lara Hernández y Carlos Martín, el partido magenta ha pasado a un segundo lugar en el escalafón del espacio político. Priorizan la unidad para 2027 y apuestan por no dejar las negociaciones «para el último momento». De hecho Díaz apuesta por un frente amplio en el que estén representados todos los partidos, también los morados, que hacen oídos sordos.
Más Madrid, otro de los actores llamados a protagonizar este proceso por su presencia en la capital y en su territorio –donde son la segunda fuerza por delante del PSOE–. Su portavoz, Rita Maestre, reivindica su partido como «una marca consolidada» y señala que la competencia entre la izquierda es «una cuestión secundaria». «Lo principal es ganar las elecciones».
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