Iturgaiz de dejar la política hace solo diez meses por sentirse relegado a candidato a lehendakari

Diez meses después está de vuelta para asumir un rol que no le es ajeno ya que en las elecciones de 1998, fue candidato del PP a lehendakari consiguiendo además situar a los populares como segunda fuerza del Parlamento vasco al lograr 251.000 votos, más del 20% del total, que se tradujeron en 16 escaños. En los comicios de 2001 no repitió ya que el candidato fue Jaime Mayor Oreja. Durante ocho años –de 1996 a 2004– fue el presidente del PP vasco, una etapa en la que ETA le situó en su punto de mira. Tras el fin de la tregua de Lizarra, a finales de 1999, los terroristas incrementaron el acoso contra los políticos constitucionalistas y se sucedieron los asesinatos. La banda trató de atentar en tres ocasiones contra el propio Iturgaiz, quien se caracterizó por sus críticas «contra el nacionalismo vasco» y su «defensa de la unidad de España y de las víctimas».

En 2004 prosiguió su vida política en Bruselas y ahora, dieciséis años después, volverá a Euskadi... Y lo hará diez meses después de dejar la política. El pasado abril, se sentía «muy dolido y afectado» por la decisión de Casado, a quien le unía una «magnífica relación» y a tenor de los sucedido hoy, le sigue uniendo. De hecho, pese a que en el proceso de primarias apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría, el nuevo presidente del PP decidió nombrarle miembro del comité ejecutivo nacional, un gesto que se interpretó como un reconocimiento personal a su labor. «Lo que ha ocurrido ahora no me lo esperaba. Creo que hay otras formas de hacer las cosas. Buscar otras maneras», reflexionaba desde el país centroamericano.

En contra de Iturgaiz y de sus opciones para ir en los puestos de cabeza ha jugado el 'overbooking' de cargos del PP a los que el partido tenía que 'recolocar' tras las pérdida del Gobierno central. Pero también la decisión de Casado de colocar en la plancha europea a un significativo número de dirigentes de FAES, la fundación presidida por José María Aznar y cada vez con más poder en el nuevo PP.

Iturgaiz ni esperó a la celebración de las elecciones del 26 de mayo para decir adiós consciente de que no iba a salir elegido. El 2 de abril comunicó a Casado que renunciaba a ir en la lista europea y que a partir del 1 de julio, cuando oficialmente entregaba su acta de europarlamentario con el inicio de la nueva legislatura, abandonaría la política y dejaría todos sus cargos internos en la estructura del PP, incluido el comité ejecutivo nacional y la vicesecretaría provincial de Vizcaya. «Ya ha llegado la hora. En las últimas horas lo he pensado mucho. No han contado conmigo para un puesto de salida y lo dejo. Lo he hablado también con mi familia y entre todos hemos decidido que es lo mejor. Hay vida después de la política. Aunque también tengo claro que siempre estaré al servicio de mi partido, para lo que me necesite», confesó en lo que diez meses después se ha convertido en toda una premonición. Sobre Alfonso Alonso decía esto: «Es un líder magnífico. En estos momentos es de lo mejor que tiene el PP a nivel nacional».

La marcha de Iturgaiz significó el fin de una época de la política vasca, sobre todo la que se refiere a la resistencia contra el terrorismo de ETA. Durante ocho años –de 1996 a 2004– fue el presidente del PP vasco, una etapa en la que ETA le situó en su punto de mira. Tras el fin de la tregua de Lizarra, a finales de 1999, los terroristas incrementaron el acoso contra los políticos constitucionalistas y se sucedieron los asesinatos. La banda trató de atentar en tres ocasiones contra el propio Iturgaiz, quien se caracterizó por sus críticas «contra el nacionalismo vasco» y su «defensa de la unidad de España y de las víctimas».