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La crisis diplomática entre España e Israel escaló este jueves hasta un nuevo escenario. El Gobierno de Bejamín Netanyahu llamó a consultas a su embajadora en Madrid, Rodica Radian-Gordon –lo que, en la práctica, supone su retirada indefinida–, para que informe de las «vergonzosas ... declaraciones», como afirmaron en un comunicado oficial, realizadas por Pedro Sánchez en una entrevista en RTVE en la que el presidente del Gobierno expresaba «francas dudas» de que el Ejército israelí esté actuando conforme al Derecho Internacional en Gaza.
Las relaciones entre España e Israel se encontraban ya maltrechas tras la visita de Sánchez al Estado hebreo, Palestina y Egipto la semana pasada, pero esta vez, Tel Aviv no se ha conformado solo con convocar, de nuevo, a la embajadora española acreditada en su territorio, Ana Salomón, para trasladarle un mensaje de reprimenda, como sucedió el 24 de noviembre y volvió a repetirse este miércoles. Ahora opta por una represalia diplomática de mucha más contundencia y que supone dejar vacante, por tiempo indefinido, su legación en Madrid.
Esta herramienta suele usarse para expresar un fuerte malestar y presionar al país anfitrión a que cambie algún aspecto de su política internacional. En el caso de España, en los últimos dos años Marruecos, primero, y Argelia, después, llamaron a consulta a sus embajadores en Madrid. Ambas naciones con el asunto de la autonomía del Sáhara como telón de fondo y dejaron vacante su representación diplomática durante 10 y 19 meses, respectivamente. Pero la representación en sus respectivas legaciones ya han sido cubiertas.
En esta ocasión, la noticia la confirmaba en redes sociales el ministro de Asuntos Exteriores del país hebreo, Eli Cohen, que dejó claro su indignación por el hecho de que, además, las palabras de Sánchez se hubieran producido en un día en el que «los terroristas de Hamás están matando a israelíes en Jerusalén». Se refería al atentado perpetrado este jueves por dos miembros de dicha organización que provocó dos muertos tras acribillar a tiros a los pasajeros que esperaban en una parada de autobús minutos después de que comenzará una nueva tregua de 24 horas. «Israel actúa y seguirá actuando según el derecho internacional y continuaremos la guerra hasta la liberación de todos los secuestrados y la eliminación de Hamás en Gaza», zanjó.
El día anterior, el propio Cohen se había reunido con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en una bilateral celebrada en los márgenes de una reunión de la OSCE en Skpoje. El responsable de la diplomacia española explicó que por la mañana había preguntado a su homólogo israelí por el último ataque ocurrido en Jerusalén. «Le he trasladado mis condolencias y mi solidaridad con las víctimas», precisó. Pero el mensaje no sirvió para apaciguar a la maquinaria diplomática hebrea.
La semana pasada Israel ya convocó a la embajadora española por unas declaraciones en las que Pedro Sánchez reiteró, en el marco de su viaje por la región, el derecho del país hebreo a defenderse, pero afirmó que «la matanza indiscriminada de civiles inocentes, incluidos miles de niños y niñas, es completamente inaceptable».
España, por su parte, también llamó a la embajadora israelí acreditada en Madrid el lunes pasado para pedir explicaciones por las palabras de su gobierno hacia Sánchez y, además de pedirle explicaciones, le exigieron «garantías» de que no se iban a volver a referir al presidente como un «defensor del terrorismo de Hamás».
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