Irene Montero charla con Pablo Iglesias en el Congreso. Efe

Irene Montero, ministra anti 'machirulos'

Perfil ·

La número dos de Podemos entra en el Consejo de Ministros para impulsar las medidas feministas de la coalición en la cartera de Igualdad

Ander Azpiroz

Madrid

Jueves, 9 de enero 2020

Irene Montero Gil (Madrid, 1988) será la segunda ministra más joven de la democracia. Alcanzará el cargo con escasos meses de edad más que la socialista Bibiana Aído, quien inauguró el Ministerio de Igualdad creado por José Luis Rodríguez Zapatero en 2008; y que ... ahora recupera Pedro Sánchez en su Ejecutivo de coalición. Es justo la misma cartera de la que se hará cargo a partir de ahora la número dos de Podemos. Montero, incluso, podría haber batido todos los récord si, en julio, hubieran fructificado las negociación entre el PSOE y la formación morada. De haber ocurrido, sería a día de hoy vicepresidenta social.

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Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, Montero fue de principio ajena al núcleo de la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense en la que se gestó Podemos. De ese núcleo formaron parte Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón o Carolina Bescansa. No obstante, la inminente ministra ganó peso en Podemos en paralelo a las guerras internas que desangraron a un partido de nueva creación que en 2015 estaba convencido de dar el 'sorpasso' al PSOE, convertirse en la opción hegemónica de la izquierda y, por qué no, «asaltar los cielos».

Montero acaparó protagonismo desde el mismo día en que Podemos dio la campanada en mayo de 2014 y logró cinco eurodiputados en la Cámara de Estrasburgo, cuando ninguna encuesta les daba la más mínima posibilidad de cosechar un resultado relevante. Primero ejerció como jefa de gabinete de Iglesias, con el que trabó una relación sentimental. Ser pareja del líder del partido y compartir la cúpula de Podemos le ha granjeado innumerables críticas a Montero. Y es algo que le indigna. Los ataques más graves se produjeron tras conocerse que ambos habían comprado un chalet en la sierra de Madrid valorado en más de medio millón de euros. Por entonces, la futura ministra estaba embarazada de mellizos y, según justificaron los dos líderes de Podemos, adquirieron la vivienda, hipoteca de por medio, para asegurar un hogar para la familia. La polémica interna obligó a Iglesias y Montero a poner sus cargos a disposición de las bases, que, en consulta interna, avalaron su continuidad. Un 30% de la militancia, no obstante, votó porque se marcharan a su casa recién comprada. Nunca hasta ahora el liderazgo de Iglesias y Montero registró tal contestación entre sus fieles. Pero lo superaron y, ahora, los dos formarán parte del Gobierno.

La «portavoza»

Montero sustituyó como portavoz en el Congreso a Errejón tras la guerra civil de Vistalegre 2, en la que el sector más moderado de Podemos y el más izquierdista sellaron un divorcio que, en capítulos, se cerró con la salida de Errejón al Más Madrid de Manuela Carmena.

Desde su altavoz en el Congreso, la futura ministra reclamó su cargo como «portavoza» –la Real Academia de la Lengua Española aún permanece impertérrita– y acuñó el término «machirulo» para referirse a Rafael Hernando –exportavoz del PP en la Cámara baja–, cuando éste banalizó su relación sentimental con Iglesias. Montero lloró primero por el ataque en su escaño, pero después contraatacó: «Un poco 'machirulo' le he visto, así que la próxima vez que se acerque al escaño un poco más educadamente y sin tanto 'machirulismo' como tiene el Partido Popular». De haber 'machirulos' o existir el término, Irene Montero estará a partir de ahora contra los 'machirulos' desde su asiento en el Consejo de Ministros.

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