Secciones
Servicios
Destacamos
Yassine Kanjaa, el ciudadano marroquí de 25 años acusado por el atentado de Algeciras (Cádiz), sufrió un proceso de radicalización exprés mediante el visionado de material yihadista en distintas páginas de internet. Una circunstancia que sumada a la identidad de las personas agredidas, los lugares ... de culto religioso donde actuó y sus manifestaciones en sede judicial permiten inferir el carácter terrorista de sus actos.
Así lo recoge en un auto conocido este martes el juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea, instructor de la causa abierta por el atentado del pasado 25 de enero en la ciudad gaditana. En el mismo fue asesinado el sacristán Diego Valencia y heridas dos personas, incluido el sacerdote Antonio Rodríguez.
En dicha resolución, en la que se rechaza la inhibición a favor de los juzgados de Algeciras pedida por la defensa, se acuerda el levantamiento del secreto del sumario al estar la investigación prácticamente culminada. La última decisión al respecto del instructor ha sido ordenar el ingreso provisional en un centro psiquiátrico penitenciario de Kanjaa a la espera del juicio, tal como habían recomendado los forenses de la Audiencia Nacional, según informa Europa Press.
En suma, los hechos investigados encajan de forma provisional en un delito de asesinato y dos delitos de asesinato en grado de tentativa con fines terroristas, según el instructor. Una tesis respaldada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
De lo actuado hasta el momento se desprende que el 25 de enero Kanjaa acudió sobre las 18:30 horas a la iglesia de San Isidro de Algeciras. Allí empezó a vociferar expresiones y realizar referencias a elementos religiosos, al parecer en árabe y español, refiriéndose al Corán, a la Biblia y señalando una virgen de la Iglesia, en una actitud desafiante.
Tras una breve disputa dialéctica, se fue del lugar sobre las 18:45 horas. Regresó a su domicilio «con el objetivo claro y definido» de ejecutar los hechos que se desarrollarían a continuación. Con esta finalidad cogió un machete de grandes dimensiones que guardaba en su habitación, lo ocultó bajo la chilaba negra que vestía, apagó su teléfono y lo guardó en el interior de un cajón de su mesita.
Sobre las 19:00 horas, tras salir de su domicilio armado, se encontró con la primera de sus víctimas, a la que le causó lesiones sin resultado de muerte. El propio Kanjaa reconoció que le agredió con intención de matarle, pues creyó que es «un marroquí- español que frecuenta esa iglesia por ser converso y no practicar la auténtica religión, el islam».
Yassine le mostró que debajo de la chilaba que vestía portaba el machete de grandes dimensiones con el que realizó todos los ataques posteriores, por lo que ante el miedo a una nueva agresión, esta vez más lesiva, el agredido salió huyendo.
La tercera fase se centró temporalmente en torno a las 19:15 horas, cuando regresó al centro religioso de San Isidro y acometió la segunda acción lesiva. Accedió al interior del centro profiriendo gritos en árabe, se dirigió por el pasillo central hacia el altar donde se encontraba el sacerdote, portando el machete en la mano, y cuando este llegó al altar la víctima trató de escapar por el pasillo central cuando este quedó libre. Sin embargo, cuando Antonio Rodríguez inició la huida tropezó y se cayó, momento en el que Kanjaa profirió un fuerte golpe en la nuca al sacerdote y se fue.
Sobre las 19:25 horas, acudió a una segunda iglesia, la de Nuestra Señora de la Palma, accedió al interior y se dirigió directamente hacia el sacristán Diego Valencia, que iba con una sotana blanca y al que el asesino confundió con el párroco. Este intentó huir de los golpes dirigiéndose en un primer momento al patio de la iglesia, si bien terminó huyendo al exterior por la puerta lateral.
En todo momento fue perseguido por Yassine, quien no cesó en el ataque, profiriendo continuos golpes con el machete, hasta que la víctima tropezó y cayó al suelo en el centro de la plaza Alta. Ese fue el momento en el cual le asestó dos golpes mortales dirigidos a la decapitación del fallecido. Luego comenzó a caminar hacia el oeste de la plaza, realizando un gesto de victoria apuntando su machete hacia el cielo, y continuó caminando hasta llegar a otra parroquia, la del Santuario De Nuestra Señora de Europa, donde empezó a golpear la puerta a patadas, no consiguiendo su objetivo de entrar. Minutos después fue detenido en la calle Murillo, donde antes volvió a realizar el gesto de victoria con el machete en la mano.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.