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Lleva camino de convertirse en el contrato público más polémico nunca firmado por el Ministerio del Interior. El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska cerró en octubre de 2020 la compra de 9.216 pistolas 'low cost' del modelo 'Ramón', perteneciente a una marca prácticamente ... desconocida en el mundo policial, la israelí Emtan. La controvertida arma, que es una copia de la mítica y reconocida pistola austriaca 'Glock' 19, ha comenzado a dar graves problemas entre los tiradores de las unidades en las que se ha empezado a repartir, que además son los grupo de élite de cuerpo, sobre todo las Unidades de Seguridad Ciudadana de Comandancia (USECIC) y los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS).
Numerosos agentes e instructores de las USECICs y los GRS han denunciado el «altísimo porcentaje» de «interrupciones» (encasquillamientos) entre las 'Ramón' que se viene distribuyendo en las comandancias desde 2021. De acuerdo con estas fuentes, las primeras pruebas de 'Ramón' arrojaron unas estadísticas más que preocupantes: cada 35 armas, 20 presentaban fallas, frente a la vieja Beretta de nueve milímetros, todavía en dotación en buena parte de las unidades de la Guardia Civil, que sólo presentó fallos en dos de cada 1.200 armas probadas.
El problema más común son esas «continuas interrupciones» a cuenta del sistema de extracción (el que se ocupa de sacar la vaina una vez percutida). Pero no solo, otros especialistas del cuerpo denuncian que algunas 'Ramón' comienzan a agrietarse a partir del centenar de disparos seguidos.
La situación es tal que la propia Dirección de la Guardia Civil, de acuerdo con los documentos en poder de este periódico, ha reconocido que «se detectaron ciertos fallos relacionados con el sistema de extracción de la pistola». Interior el pasado octubre ordenó la «sustitución de ciertas piezas» de todas las pistolas repartidas, tanto las que habían dado fallo como las que no. O sea, una reparación masiva de las miles de armas recién compradas, antes, incluso, de que muchas de ellas fuera siquiera estrenadas. El propio fabricante en octubre hizo llegar las piezas a cambiar. Interior sostiene tajantemente que, desde entonces, el «resultado ha sido satisfactorio».
Responsables del Servicio de Armamento de la Dirección General de la Guardia Civil, consultados para este reportaje, afirman que tras las modificaciones solo el 1 por 1.000 de los disparos presentan «interrupciones», un porcentaje que consideran totalmente normal. Sin embargo, al menos siete de los usuarios de estas armas ya modificadas consultados por este periódico niegan esta afirmación. Algunos de los tiradores más expertos del instituto armado afirman que hay 'Ramón' ya modificadas con la «ñapa» que de cada 20 cartuchos presentan 2 interrupciones, o sea un 10% de fallos.
Todos estos agentes coinciden en que el encasquillamiento persiste en muchos casos porque la supuesta reparación no ha solucionado el origen del problema, que es la dureza del cargador con ciertas marcas de 9 milímetro que no encajan del todo bien.
Es más, en los últimos días en al menos dos comandancias se han retirado las 'Ramón' con la intención de «devolverlas a fábrica» por los continuos fallos a pesar de haber sido ya sustituido el «mecanismo extractor y la aguja».
Los responsables de Armamento de la Guardia Civil insiste en que la 'Ramón' es fiable, que pasó sobradamente los controles y que no haberla comprado habría sido «prevaricar» porque ganó el concurso. Pero es precisamente ese concurso el que está en el origen de la polémica, ya que Interior dio un 60% de la puntuación al precio de la arma, frente a otros parámetros muchos más importantes para la seguridad de los agentes la precisión (solo el 10% de la valoración) o la «ergonomía, operatividad y confort» de la pistola (5% de la puntuación)
La empresa que vendía 'Ramón' ganó el concurso con una bajada del 30% precio máximo de licitación ofertando por algo menos de tres millones las 9.216 armas. Al final cada 'Ramón' salió por 269 euros sin impuestos incluyendo en ese importe una funda antihurtos que supera los 50 euros. Nunca antes, según diversos armeros y conocedores del mercado armamentístico, ninguna institución reconocida en Europa o en los países occidentales había comprado una pistola de dotación a ese precio tan bajo.
Por otro lado solo consta que un cuerpo policial en Tailandia haya comprado para sus agentes esta pistola, cuya venta está prohibida en Estados Unidos y Francia por tratarse de una copia de la Glock 19 y Francia por «la rebaja en la calidad para ofrecer un arma de precio competitivo», según los armeros.
Por cierto, que el pliego confeccionado por Interior y la puntuación de sus expertos impidieron adjudicar a la mítica marca austriaca el concurso, aunque esta compañía ofreció su pistola solo 36 euros más cara por unidad. En el camino quedaron otras firmas de larguísima trayectoria como Beretta, Arex, HK, Sig Sauer o Grandpower.
La polémica ha llevado a las principales organizaciones profesionales del cuerpo a denunciar la compra del arma israelí. «Interior ha vuelto a destinar para el servicio los peores medios, como son las pistolas 'Ramón', al primar lo económico frente a lo seguro», apunta el portavoz de AUGC, Pedro Carmona. «Estamos cansados de que la Guardia Civil esté siempre bajo mínimos tanto en personal como en medios. Los fallos de 'Ramón' son muestra de la irresponsabilidad y desinterés de Interior por la seguridad ciudadana y de los propios agentes», señala, por su parte, Agustín Leal, secretario de comunicación de Jucil, mayoritario en el cuerpo.
«La pistola 'Ramón' es lo que es, un arma low cost. Es demasiado barata y eso tiene que ir detrimento de la calidad de los materiales». El que habla es el criminalista forense José Jiménez Planelles, especialista en armas ligeras y perito en decenas de juicios, entre ellos una quincena de homicidios.
«El problema es que 'Ramón' necesita una munición selecta que no tenga demasiada presión», explica el criminalista forense, «por lo que habría que adaptar bien la munición a esa pistola, o buscar la más adecuada para ella». A juicio del experto, eso es un hándicap importantísimo, porque una pistola como esa, que se pretende incluir en la dotación de guardias civiles, «debería poder disparar cualquier cartucho del 9x19 Parabellum, con mayor o menor peso de pólvora y proyectil sin ningún problema». Según su análisis, se encasquilla por sobrepresión y falta de holgura en la recámara o porque el muelle de la corredera es de mala calidad o su sistema de extracción es defectuoso.
«¿Por qué el Ejército israelí lleva de dotación las Glock 17 y 19? ¿Por qué allí, que es donde se fabrican, no llevan 'Ramón' y nos las venden a nosotros?», se pregunta Jiménez Planelles
Los comentarios en los principales canales especialistas en armas son muy similares. 'Supervivencia Moderna', con más de 221.000 seguidores, habla de una «'Glock' trucha hecha en Israel por una empresa totalmente desconocida» y afirma que «ningún país civilizado les da a sus fuerzas de seguridad un arma totalmente desconocida».
'Crónicas Militares', con 59.000 seguidores, reconoce que es un arma «versátil, compacta y ligera», pero reitera que es «poco conocida» en «ambiente policiales» y critica que el bajo precio de 'Ramón' no tenía haber «tenido tanto peso» en la licitación en una licitación que perdió Glock «a pesar de ser mundialmente conocida y probada en todo tipo de teatros y operaciones».
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