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Alerta máxima dentro de los altísimos niveles existentes ya. La secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, remitió ayer una circular a todas las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno en la que ordena extremar la alerta antiterrorista esta Navidad. La alerta lanzada por la número 2 del Ministerio del Interior, que entró en vigor el miércoles a las 20:00 horas y seguirá en la noche del 8 de enero, dispone reforzar todos los planes de protecciones de grandes aglomeraciones y centros de transporte, además de intensificar los «controles aleatorios» de sospechosos, en busca de posibles yihadistas. Los mercadillos navideños y los actos religiosos aparecen subrayados con especial intensidad en las instrucciones.
Botella, en su circular, explica que en la reunión de los máximos responsables de la seguridad del Estado que tuvo lugar el martes, los expertos no solo constataron la necesidad de mantener el nivel 4 sobre 5 de alerta antiterrorista (riesgo alto de atentados) sino que acordaron «incluso la necesidad de proceder a un reforzamiento de especial intensidad» de las medidas ya en marcha con vista a las próximas fiestas.
Las órdenes de Interior a Policía Nacional y Guardia Civil, pero también –a través de los órganos de coordinación- a las policías autonómicas, policías locales y agentes de seguridad privada son tajantes: es imprescindible en los próximos días el «robustecimiento de los dispositivos de seguridad y de las capacidades de inteligencia, de control y de seguimiento antiterrorista».
Interior, que descarta elevar a nivel 5 la alerta (ya que no hay pruebas de la preparación de un atentado inminente y concreto), no obstante, en la práctica casi llega a este extremo en las Naviedades, debido, explica a las «particulares y especiales condiciones» de este periodo vacacional. Las órdenes son centrar el esfuerzo en la «seguridad, protección y vigilancia de lugares, espacios, medios de transporte, acontecimientos religiosos o de ocio o lúdico con alta concentración de personas.»
El eje de las «medidas preventivas», según Interior, deberá ser el «control aleatorio de vehículos y personas» en todo tipo de escenarios. Desde «playas, paseos y grandes vías comerciales» a «acontecimientos de ocio, deportivos, religiosos o mercadillos con gran afluencia», pasando por «edificios emblemáticos».
El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska no se olvida tampoco de sus agentes y de que los propios policías han sido señalados recurrentemente como objetivo de los yihadistas. Por ello también ordena a los funcionarios extremar sus propias medidas de «autoprotección», basándose en las instrucciones que ya recibieron en diciembre de 2017.
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