Las claves de la encuesta por comunidades autónomas

Un peldaño por debajo se encontraría ERC. Los republicanos no ganarían la cita con las urnas, pero sí obtendrían una gran victoria moral. La formación liderada por Oriol Junqueras -aunque está en prisión y siendo juzgado en el Tribunal Supremo es el cabeza de cartel para las generales del 28 de abril- volvería a imponerse de forma clara en la pelea en el campo soberanista. Si en 2016 sacó 9 escaños frente a los 8 de la antigua Convergència, la diferencia ahora sería mucho mayor. ERC obtendría 12 actas y los neoconvergentes, la mitad.

La formación que sufre un mayor batacazo es Unidas Podemos. Fue la primera fuerza en 2016, pero la sucesión de crisis que ha vivido, la marcha de varios de sus líderes y la polarización de la sociedad catalana ha provocado un enorme desgaste. Pierden más de la mitad del apoyo logrado hace tres años.

En el centro derecha quien se hace con la victoria es Ciudadanos, que mejora algo sus resultados. El PP se hunde a pesar de la apuesta por Cayetana Álvarez de Toledo, mientras que Vox irrumpe en el panorama catalán con 2 escaños. Los que pierde el PP.

En conjunto, los no nacionalistas sacarían 30 escaños y los soberanistas, 18.

Madrid certifica las sólidas bases que mantienen socialistas y populares a pesar de la fragmentación del mapa político y de la irrupción de nuevos partidos. Tanto el PSOE y el PP se sitúan muy por encima de las otras tres formaciones en liza -Unidas Podemos, Ciudadanos y Vox- y mantienen una reñida pelea por la primera posición. Aun así, la formación liderada por Pablo Casado, que va de 'número uno', sufre un notable desgaste.

Los conservadores se impusieron de forma clara hace tres años, al lograr 15 escaños, casi el doble de los que obtuvo su principal perseguidor, la coalición encabezada por Pablo Iglesias. Pero el escenario puede cambiar de forma sustancial. En estos momentos, la victoria caería del lado del PSOE, con el propio Pedro Sánchez como cabeza de cartel. Aunque no tendría más valor que un triunfo simbólico en un combate que se decide en el conjunto de España, los dos principales candidatos a llegar a La Moncloa se juegan su prestigio en la pelea en la plaza madrileña.

En tercera posición se quedaría Albert Rivera, que lleva como 'número dos' a Inés Arrimadas. Los naranjas suben respecto a 2016, pero no se benefician demasiado del desgaste de los populares. Apenas incrementarían su representación en un escaño. Insuficiente dadas las expectativas creadas.

La cuarta posición se la reparten entre Podemos y Vox. Con un matiz. Mientras los primeros se dan un batacazo, pagan sus fracturas internas tras la espantada de Íñigo Errejón y pierden la mitad de los escaños logrados hace tres años, los de Santi Abascal irrumpen con relativa fuerza. Obtienen cuatro escaños, los mismos que casualmente se deja en el camino el PP.

El 'efecto Sánchez', y el reciente recuerdo de las elecciones autonómicas, movilizarían al electorado socialista y permitirían al PSOE recuperar el liderazgo en uno de sus grandes feudos tras perder con el PP en 2016. Los socialistas ganarían siete escaños y los populares se dejarían cinco, que irían a Vox. El partido de Abascal se confirmaría como la cuarta fuerza en la comunidad.

El PSOE ganaría con claridad en Asturias (obtendría el 32% de los votos) frente a una derecha más fragmentada que nunca. Retroceso significativo de la coalición PP-Foro y de Podemos e irrupción de Vox, que sumaría un escaño. Cinco fuerzas lograrían representación en el Congreso pese a que Asturias reparte esta vez siete escaños y no ocho por el declive demográfico.

Los socialistas ganarían las elecciones en Cantabria por primera vez desde 1993 y el PP sufriría un fuerte retroceso. Pasaría de obtener el 41% de los votos al 25%. Buena parte del apoyo perdido iría a parar a Vox, que lograría el 13% de los sufragios. La encuesta augura un mal resultado a Podemos, que perdería su escaño, y al PRC de Revilla, que tampoco obtendría representación.

El PP volvería a ganar en Castilla y León, aunque sus resultados distan de ser buenos. El histórico granero de votos popular se resiente y el partido de Casado perdería hasta cuatro escaños, los mismos que podría ganar el PSOE. También mejoraría sus resultados Ciudadanos, mientras que Podemos caería hasta perder sus tres escaños. Vox no tiene garantizado obtener diputados.

El PSOE ganaría las elecciones en la Comunidad Valenciana poniendo fin a una hegemonía del PP que ha durado 30 años. Los socialistas crecerían cuatro escaños a costa del desplome de Podemos y Compromís, que esta vez concurren por separado. Los populares perderían cuatro escaños que irían a parar a Vox, que aparece como cuarta fuerza.

La tendencia cambia en Extremadura tras una década. Los socialistas recuperarían el liderazgo, pasarían de tener cuatro escaños a cinco a costa del PP, que haría el recorrido contrario. Vox obtendría un representante por la provincia de Badajoz y Podemos perdería el que tenía en la comunidad. Como ocurriera en 2016, Ciudadanos volvería a quedarse fuera del reparto.

El PP ganaría en Murcia, pero perdería un tercio de los votos y dos diputados en el Congreso. Se quedaría con tres escaños, el mismo número que el PSOE, que ganaría uno. Vox irrumpe como la tercera fuerza en el territorio -dos sillones- a costa de los populares y de Ciudadanos, que perdería uno de sus dos escaños. Podemos mantendría el representante obtenido en 2016.

El PSOE rentabilizaría el mandato de Pedro Sánchez y ganaría las elecciones gracias al desplome del PP, que mantendría sus dos representantes en el Congreso pero pierde el 13% de sus apoyos y cae del 42% de 2016 al 29%. Los socialistas lograrían dos escaños al alcanzar el 31% de los votos. El bipartidismo resurge en La Rioja ya que Podemos, tercero en discordia, perdería su escaño.

El PNV recuperaría el liderazgo que le había arrebatado Podemos las dos últimas elecciones generales. El partido morado sufre un fuerte desgaste y caería a la tercera posición, tras perder la mitad de sus escaños, ya que también le superaría el PSOE. Aupados por el tirón de Sánchez los socialistas registrarían una fuerte subida. Bildu y PP repetirían resultado y Cs y Vox quedarían fuera.

El PSOE supera al PP en Aragón. Los socialistas registran un notable incremento de apoyos para elevar su resultado desde los cuatro escaños de 2016 a seis. Por contra, los populares bajarán al segundo puesto al perder dos de sus seis diputados, uno de los cuales lo sumará Vox. El trasvase de voto útil al PSOE hará que Podemos pierda uno de los dos diputados que tiene en la comunidad.

Los socialistas pasarían del tercer puesto obtenido en las últimas elecciones generales al triunfo en Baleares. El PSOE ganaría un diputado y obtendría tres de los ocho que se ponen en liza en la comunidad. El PP caería a la segunda plaza y Podemos pasaría de la segunda que logró en 2016 a la quinta al quedarse con un único escaño. El mismo que mantendría Cs y el que lograría Vox.

El voto útil le daría al PSOE la victoria en Castilla La Mancha. Absorbe los escaños que antes tenía Podemos frente a un PP que registraría un fuerte descenso. A los conservadores les penaliza la fragmentación del voto de la derecha y la fuerte irrupción de sus dos competidores. Vox se convertiría en la tercera fuerza de la región y Ciudadanos, que no tenía diputados, en la cuarta.

El PSOE se anotaría uno de sus incrementos más espectaculares de todo el país en Canarias. Los socialistas ganarían las elecciones tras pasar de los tres escaños de 2016 a siete, a uno de la mayoría absoluta. El PP quedaría relegada a la segunda posición tras perder dos diputados y Podemos caería a la cuarta al quedarse en uno. Se mantienen estables Ciudadanos y Coalición Canaria.

El PP registraría un histórico revés en Galicia, uno de los feudos en los que siempre ha obtenido buenos resultados. Los populares perderían tres escaños y se verían sobrepasados por el PSOE, que ganaría cuatro diputados. Tres de ellos llegarían de Podemos y su confluencia, inmersos en una importante crisis. Obtendrían representación Ciudadanos y el BNG.

Los resultados en Navarra volverían a demostrar la pluralidad y la fragmentación política que se vive en la Comunidad Foral. En 2016, la victoria por un escaso margen fue para la alianza UPN-PP. Según la encuesta, el próximo 26 de mayo el primer puesto se lo disputarían el centro derecha y los socialistas, con dos actas para cada uno de los dos bloques. Podemos quedaría en tercer lugar.