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El exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y la exministra de Igualdad Irene Montero han sido increpados este lunes al grito de «miserables» y «asquerosos» a su llegada a los juzgados de lo Penal de la capital, donde está previsto el juicio contra el individuo que ... durante siete meses acosó al matrimonio en su chalé de Galapagar (Madrid). Nada más llegar, un grupo de personas han comenzado a insultar y a amenazar a Iglesias y a Montero y uno en concreto se ha encarado chillándoles «miserables», «sinvergüenzas» «vende obreros», «asquerosos» y «aprovechados», entre otros improperios.
A su llegada, Iglesias ha recalcado que a través de la estrategia «del acoso y la violencia» trataron de que dejaran este país y la política. «Acosaron durante meses a dos ministros de Podemos. Ojalá no haya impunidad y no vuelva a ocurrir. Si fueran ministros del PP y PSOE no hubiera ocurrido», ha dicho. Montero, por su parte, ha subrayado que el acusado Miguel Frontera es «el instigador del acoso que sufrieron durante meses en su propia domicilio». «Es la punta de lanza de una violencia sin precedentes contra una formación política para impedir avances sociales», ha reseñado la candidata de Podemos a las elecciones europeas del próximo 9 de junio.
Cuando la pareja ha accedido a los juzgados penales de Madrid, en la calle Julián Camarillo, se ha producido un fuerte encontronazo con el citado hombre que les ha increpado. Entonces Iglesias se ha encarado con él tras la valla perimetral del edificio judicial. «Asqueroso, asqueroso, desgraciado, que eres un asqueroso», le ha espetado el hombre fuera de sí. En un momento de tensión, Montero ha salido del recinto y ha pedido que interviniera la seguridad contra este «acosador fascista». Entonces, agentes de la Policía Municipal de Madrid se han acercado a la zona ante los incidentes.
"A ti me gustaría encontrarte a solas, a ti (...) Sal fuera si tienes cojones. Eres un asqueroso... Vallecano de mierda es lo que eres tú, un vallecano de mierda y un miserable. Asqueroso, asqueroso, asqueroso, desgraciado" pic.twitter.com/cBc3aYUu9a
— Pablo Iglesias 🔻{R} (@PabloIglesias) May 27, 2024
Miguel Frontera, el supuesto hostigador de las protestas frente a la casa de la pareja en 2020, en plena pandemia, se ha sentado hoy en el banquillo. El sujeto, que llegó a tener una orden judicial de alejamiento de 500 metros del domicilio de ambos, se enfrenta a tres años de prisión según el escrito provisional de la Fiscalía.
Durante su declaración, Iglesias y Montero han relatado la situación de «angustia» y «estrés» que soportaban a diario con insultos a diferentes horas del día, lo que no cesó hasta diciembre de 2020 cuando intervino un juzgado con la orden de alejamiento. «Insultaban a cualquier hora. Cualquier desplazamiento con los niños o para sacar a los perros, implicaba una logística desagradable», ha narrado Iglesias, quien ha recordado un incidente que se produjo una tarde al bañar a los niños y ver como una persona estaba subida a una roca grabando desde el exterior, en referencia al acusado.
El expolítico ha señalado que el día de su cumpleaños, el procesado se saltó el perímetro y le dijo: «Felicidades, hijo de puta», extremo que el procesado ha negado en su declaración. «Lo máximo que llegue fue hasta los cubos de basura, donde estaba la Guardia Civil. En su cumpleaños, a unos 200 metros le dije felicidades, señor Iglesias», ha asegurado Frontera.
Por su parte, Iglesias prosiguió con su relato: «Era una situación enormemente desagradable. Difundió vídeos por redes sociales». A lo que la abogada de la defensa, Polonia Castellanos, cuestionó: «¿A usted solo le molestaba que pusieran el himno de España y no la Internacional, himno del Movimiento Obrero?, ¿tenía usted selección auditiva?». A ello, Iglesias le ha replicado que no iba a entrar en valoraciones políticas.
El exlíder de Podemos ha reconocido que hubo momentos que sintieron miedo porque un «lobo solitario» puede agredir o incluso atentar contra sus vidas. Además, ha relatado que conocía a Frontera porque era una persona pública y es una persona destacada en el entorno de la extrema derecha.
Por su parte, Montero ha declarado que el acusado «vulneraba a diario la tranquilidad de la familia» y les sometía a una situación de nervios y estrés permanente en una época en al que eran «dos miembros del Gobierno» en plena pandemia y «tenían mucha responsabilidad». «Frontera recorría el perímetro y mostraba detalles en vídeos. Siempre pensábamos que la cosa podía ir a más. Un día se encaramó a una roca» y comenzó a grabar, ha recordado. A veces iba solo o acompañado del periodista Javier Negre, según ha detallado.
En su turno, Frontera ha negado que fuera la persona que organizara las caceroladas frente a la casa de Iglesias, indicando que llegó a las mismas a los dos meses. «El ideólogo fue Pablo Iglesias cuando pidió caceroladas contra el Rey y los vecinos decidieron hacerlo por su hipocresía», ha narrado.
Además, ha reconocido que en una ocasión exhibió una pancarta que ponía «Iglesias, hijo de terrorista» y lo ha justificado en que éste presumía en redes sociales de que «su padre era frapero», es decir, que pertenecía al FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota). «Estábamos de guasa y con las caceroladas. El acoso real es el que sufrí yo cuando me pintaron fascista y nazi en mi local y señalaron a mis hijos. He sufrido amenazas de muerte», ha agregado.
El fiscal del caso imputa a Frontera, que también se dejó ver en las protestas de la calle Ferraz de Madrid (sede del PSOE) en contra la ley de amnistía con el atuendo del capitán américa, los delitos de injurias graves con publicidad a la autoridad, acoso y descubrimiento de secretos.
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