Los independentistas avisan que la investidura será una negociación distinta

El uso de las lenguas cooficiales en las instituciones comunitarias y nacionales ha jugado un papel fundamental en las conversaciones entre las fuerzas soberanistas y el PSOE. Pedro Sánchez ya adelantó ayer que como presidente de turno de la Unión Europeo fomentaría el uso del catalán, el gallego y el euskera. Este jueves, el Ministerio de Exteriores ya envió a primera hora a Bruselas en la que oficializaba la petición para que los eurodiputados españoles puedan expresarse en sus lenguas autonómicas durante los debates en la cámara.

La dirección de Junts, con Carles Puigdemont al frente, se reunió a las 8.00 horas de ayer para decidir el sentido del voto de sus siete diputados. Apenas una hora después, el secretario general Jordi Turull informaba del principio de acuerdo con los socialistas. Entre los acuerdos figura la creación de una comisión de investigación de los atentados del 17-A, de los que ayer se cumplieron seis años. Durante este tiempo un sector del secesionismo ha alentado una supuesta conspiración en base a posibles vínculos del CNI con el cerebro de la célula yihadista, el imán de Ripoll Es-Saty. En un comunicado, Junts aseguró que ha exigido durante la negociación garantías del cumplimiento de los acuerdos. «El PSOE ha respetado las condiciones fijadas y, esta mañana, ha presentado los comprobantes que acreditan el compromiso al que hemos llegado y que determina nuestro posicionamiento», se señaló.

Esquerra anunció minutos después que Junts su apoyo a Armengol. A cambio de respaldar a la candidata socialista los republicanos han pactado la apertura de una comisión de investigación en el Congreso sobre las supuestas escuchas ilegales a dirigentes independentistas por medio del sistema Pegasus y avanzar en la desjudicialización del problema Cataluña. «Continuamos arrastrando al PSOE en el camino de la resolución del conflicto», presumió Oriol Junqueras.

Pese votar en el mismo sentido, la negociación ha evidenciado las profundas diferencias entre Junts y Esquerra, que se han empujado la una a la otra a elevar el listón de sus exigencias a los socialistas y Sumar. Una competencia que irá en aumento con vistas a las elecciones catalanas previstas para dentro de año y medio.

Gabriel Rufián acusó ayer a la formación de Puigdemont de haber tratado de «torpedear» el pacto. «Nunca vamos a pedir perdón por hacer política», señaló el portavoz parlamentario de los republicanos antes de afirmar que negociar con el Gobierno central «es la única alternativa». A las críticas se sumó el ex diputado Joan Tardà. «Amigos de Junts, «Bienvenidos a la política de los independentistas de ERC ñorda, traidora y 'botiflera'», señaló en relación a algunos de los descalificativos que en los últimos años le han llovido a Esquerra desde las filas de los de Puigdemont.