Manifestación de la Diada en 2022. EP

El independentismo se atomiza y corre el riesgo de no sumar mayoría absoluta

Cataluña celebrará sus quintas elecciones autonómicas en 12 años: PSC, Esquerra y Junts vuelven a disputarse la primera plaza

Cristian Reino

Barcelona

Domingo, 17 de marzo 2024, 21:15

Se han tomado tan al pie de la letra el célebre mantra soberanista del 'volem votar' ('queremos votar') que Cataluña acudirá el próximo 12 de mayo por quinta vez a las urnas en unas elecciones autonómicas desde el inicio del 'procés' en 2012. Sale ... en promedio a una cita electoral cada dos años y medio, una prueba de la inestabilidad institucional y de la división provocada por el desafío independentista.

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La decisión del presidente de la Generalitat de adelantar las catalanas ha cogido por sorpresa a todos los partidos. Solo ERC y PSC tenían hechos los deberes y habían designado candidato: Pere Aragonès y Salvador Illa, respectivamente. Todos los demás tienen que improvisar.

Esquerra ha intentado quitar la mano del protagonismo de la ley de amnistía a Junts. Pero los posconvergentes han contraatacado proponiendo a Carles Puigdemont como presidenciable (esta semana anunciará su decisión) y la campaña corre el riesgo de girar en torno a la figura del dirigente fugado, que si regresa o no vuelve y cuándo. Junts vuelve a jugar la carta del voto a Puigdemont para que retorne.

Esa estrategia es útil porque además permite a los junteros mantener la retórica de la confrontación y no tienen que explicar cuáles son sus planes si alcanzan la presidencia de la Generalitat. Hace años era para reactivar el 'procés', aunque esta bandera ya no cuela tanto en el independentismo. Los postconvergentes quieren rodear su regreso de toda la épica posible, pero ya no es lo mismo volver tras haber derrotado a España en los tribunales europeos, como llevan años prometiendo, que después de investir a Pedro Sánchez y pactar una amnistía.

En un pañuelo

PSC, ERC y Junts quedaron en un pañuelo en 2021 (33 escaños para socialistas y republicanos y 32 para los junteros) y las elecciones vuelven a ser una batalla a tres. Quien gane tendrá que pactar. Si los independentistas suman la mayoría absoluta estarán «obligados a entenderse», aunque se lleven a matar, según admite un dirigente de Junts. Otra cosa es si decae la mayoría absoluta secesionista que existe en la Cámara catalana desde 2012. Tripartito de izquierdas, 'sociovergencia'... es una incógnita.

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Pedro Sánchez, tras arriesgar con la amnistía, se la juega con Salvador Illa, que ganó en 2021 pero no pudo gobernar; y se la juega el independentismo, que concurre más dividido y atomizado que nunca. Hace tres años se presentaron cuatro listas y tres obtuvieron representación (ERC, Junts y la CUP, con el PDeCAT fuera). Este 12-M puede haber hasta cinco opciones. A las tres clásicas se suman otras dos que son toda una incógnita, pero que al ser más radicales pueden condicionar el discurso de Esquerra y sobre todo el de Junts. Podían haber sido seis, pero las bases de la ANC han tumbado la propuesta de una lista cívica.

Clara Ponsatí, eurodiputada de Junts, acaba de presentar la plataforma Alhora, que apela a los unilateralistas molestos con el aterrizaje de los postconvergentes y su cambio de estrategia, que les llevó a pactar la investidura de Sánchez a cambio de la amnistía. Además, la independentista y de extrema derecha Silvia Orriols, alcaldesa de Ripoll, está a punto de dar el salto de la política local a la autonómica. Los 'outsiders' aspiran a pescar en un caladero que ronda los 700.000 votos.

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El secesionismo sumó dos millones de votos en las elecciones de 2015 y 2017. En 2021, fueron 1,3 millones. Su nicho es el de los abstencionistas y nostálgicos del 'procés'. Ninguna encuesta publicada hasta la fecha les da posibilidad de entrar en el Parlament, pero ERC, Junts y la CUP temen que tanta oferta soberanista provoque fragmentación y voto perdido.

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