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Cataluña celebra este miércoles la Diada de Sant Jordi, la tradicional fiesta de los libros y las rosas. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ... encabeza por primera vez los actos oficiales y se ha estrenado con un discurso institucional, en el que ha llamado al «diálogo, el entendimiento y la fraternidad», frente a los discursos del «odio y la confrontación».
Los antecesores independentistas de Illa solían aprovechar la festividad de Sant Jordi, patrón de Cataluña, para hacer proclamas de exaltación nacionalista y para reivindicar la autodeterminación. Illa se ha distanciado de sus predecesores, con una alocución, que ha empezado casi una hora tarde, donde ha ensalzado la figura del papa Francisco y ha pedido un alto el fuego en Gaza y Ucrania y que se «ponga fin a la tragedia».
Sí ha reivindicado que Sant Jordi es el patrón de Cataluña desde el siglo XV y que es el día que se muestra al mundo con su mejor versión: «Cívica, dinámica, alegre, con voluntad de hacer, de
ser y de convivir«. »Sant Jordi es de todos el mundo«, ha proclamado, desmarcándose de los discursos de los anteriores presidentes, que solían olvidarse de la parte de la sociedad catalana que no es soberanista. Ha reclamado que el espíritu de las rosas y los libros se proyecte más allá de »nuestras fronteras«, »porque el mundo necesita un mensaje de optimismo y fraternidad«.
En defensa del idioma, el jefe del Ejecutivo catalán se ha sumado a la reivindicación de Junts de que el catalán sea reconocido como lengua oficial en la UE, reclamación de la que depende, en parte, el apoyo de los de Puigdemont a Pedro Sánchez. Illa ha recordado a ERC y Junts de que ya se han producido «avances» al respecto. «Estamos haciendo nuevos avances en el reconocimiento del catalán en las instituciones europeas y seguiremos fomentando su uso en todos los ámbitos sociales», ha señalado. Según Illa, Cataluña genera «prosperidad» y trabaja por que sea «compartida». «Tenemos un futuro por delante que queremos vivir como la Diada: con optimismo y esperanza», ha asegurado en un discurso desde el Palau de la Generalitat, acompañado de una 'senyera' con crespón negro en homenaje al Papa recientemente fallecido.
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