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El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, llamó este domingo a la militancia socialista al «optimismo» y a la «esperanza», en un momento en que la estabilidad del Gobierno central está en entredicho, tras las últimas derrotas parlamentarias y la presión que ejerce Carles Puigdemont ... con cada votación en el Congreso. Ante las 10.000 personas que según la organización acudieron a la Fiesta de la Rosa en Gavà (Barcelona), el acto con el que el PSC da inicio al curso político, el jefe del Ejecutivo catalán se conjuró para defender por toda España el modelo de financiación singular que ha pactado con ERC y que tantas críticas ha recibido entre los barones autonómicos del PP y también en las filas del PSOE.
Los socialistas se preparan ideológicamente ante la negociación que pondrá a prueba la estabilidad del Govern catalán y la cohesión en las filas del PSOE, ya que el debate sobre la financiación afecta a todas las autonomías.
En la misma semana en que Pedro Sánchez empezó a recibir a los presidentes autonómicos (primero Euskadi, luego Galicia y Andalucía), Illa anunció que se «arremangará» para explicar su proyecto de financiación, que a su juicio lo que en definitiva busca es «mejorar España». El jefe del Ejecutivo catalán repitió la idea que esbozó días atrás en Madrid, ante seis ministros, en la sede de la Generalitat en la capital de España: «Cataluña ha vuelto para mejorar España».
Illa se propone hacer una gira por España para restañar las heridas del 'procés' y presentar a Cataluña como un aliado y no como un adversario. Tras años de tensión territorial como consecuencia del desafío independentista, los socialistas catalanes tienen mucho trabajo de pedagogía por delante. El primer mensaje que quiso trasladar Illa es que el modelo singular de financiación pactado con ERC es solidario con el resto de España. Trata de disipar los recelos que ha suscitado en el PP y en el PSOE. Él mismo se oponía hasta hace bien poco a un pacto fiscal en la línea del concierto económico, de la misma manera que rechazaba la amnistía.
«Estaremos en la primera línea de la solidaridad», aseguró en un mensaje directo al PP y a algunos dirigentes del PSOE, que se oponen al acuerdo suscrito entre el PSC y ERC, que prevé una nueva financiación para Cataluña y que los republicanos califican como un concierto económico, término que no figura en el documento firmado. «Somos poco de dar lecciones, pero tampoco nos las van a dar en materia de solidaridad aquellos que, bajando impuestos, reclaman más recursos. Eso no es solidaridad, eso es otra cosa», afirmó. Dardo directo contra la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y contra los que ya sitúan al president catalán como un nacionalista insolidario.
Illa hizo guiños a ERC, tanto en su compromiso con el pacto fiscal como en su apuesta por una política de izquierdas. Los republicanos aprietan a los socialistas para que empiecen ya, y en paralelo, las negociaciones de los Presupuestos de Cataluña y la reforma del modelo de financiación.
El PSC contaba este domingo con la intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que canceló su asistencia en Gavà poco antes de una hora del inicio del acto. Los socialistas justificaron la baja de última hora del secretario general del PSOE por la «climatología». Los socialistas catalanes querían escenificar su agradecimiento al presidente del Gobierno por el «compromiso audaz y valiente» que a su juicio ha mostrado con Cataluña y que ha permitido al PSC tener hoy más poder que nunca (Govern, tres de las cuatro diputaciones catalanas y las diez ciudades más pobladas). El president llamó a cerrar filas ante lo que viene en los próximos meses, con el congreso del PSOE como primera batalla inmediata.
Illa defendió además el compromiso de los socialistas con el diálogo. Y destacó su «voluntad de llegar a acuerdos» a pesar de las «dificultades». Lo dijo tras una nueva reunión el fin de semana entre el PSOE y Carles Puigdemont para intentar que los posconvergentes apoyen al Gobierno en la senda de estabilidad y en los Presupuestos. Junts ha votado junto a PP y Vox en la senda de déficit, en la ley de regulación de los alquileres por temporada y la ley de extranjería. El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y el líder de Junts se reunieron en Ginebra, pero el expresidente de la Generalitat no aclaró si se han acercado posiciones. «Nuestro voto en relación con el techo de gasto no se decidirá con el objetivo de estabilizar o desgastar sino en función de lo que existe en la mesa de negociación para este caso concreto», afirmó el sábado en las redes sociales. «Cada cosa tiene su negociación y objetivos. Y es necesario negociar pieza a pieza. Ponernos de acuerdo en una cuestión no prejuzga que en la siguiente cuestión ya estaremos de acuerdo. Y al revés: que en una no nos hayamos puesto de acuerdo no presupone que en la siguiente tampoco lo haremos», avisó.
Llamó la atención que el primer secretario del PSC no hiciera ninguna mención a Puigdemont. Solo de pasada, le citó para decir que lo que buscaba era la repetición electoral, pero no quiso entrar en el debate sobre la estabilidad parlamentaria para no añadir más presión a una situación muy compleja. El caso es que los socialistas defienden poner en marcha una agenda de izquierdas, pero no aclaran con quién pretenden sacarla adelante, porque en el Congreso no hay una mayoría progresista.
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