Igor el Ruso mató a dos guardias civiles para recuperar su biblia

Igor el Ruso llegó a la Audiencia Provincial escoltado por miembros de los GAR de la Guardia Civil. El acusado fue introducido en una urna instalada en la sala de vistas, construida con cristal blindado. Durante el interrogatorio del fiscal Feher explicó que disparó con dos pistolas a la vez, una en cada mano, «como una ametralladora». Quería recuperar a toda costa su biblia y para ello efectuó 17 disparos contra los guardias, aunque dijo que no quería matarlos.

Según declaró, aquel 14 de diciembre de 2017, esperó a los agentes aunque pudo haber huido, pero era «la única manera de salvar mi biblia». «Para mí es muy importante la biblia, si hubiera podido cogerla de otra manera no hubiera disparado», afirmó. Y reiteró: «Si la mochila donde llevaba la biblia hubiera estado en otro sitio, hubiera escapado sin disparar». Y es que para él, ese libro era «la salvación». «El cuerpo no es más que un contenedor, nuestra alma es inmortal», puntualizó a preguntas de uno de los letrados.

Cuando fue detenido horas después del triple crimen de Teruel llevaba las pistolas, munición y armas blancas, junto a rosarios, una medalla de la Virgen, una biblia y un crucifijo. Y cuando fue trasladado a la cárcel de Zuera (Zaragoza), pidió un ejemplar de la biblia. Intentaba escapar en el coche del ganadero asesinado, pero tuvo un accidente cuando se dirigía a Valencia, donde tenía amigos, en las localidades de Catarroja y Chirivella.

Uno de los abogados de la acusación le preguntó de dónde había sacado los miles de euros que manejaba y con los que compró las armas, una tarjeta sanitaria falsa, efectos de perfumería, ordenadores o móviles. El acusado contestó de manera escueta de sus «negocios». De hecho, está también acusado de pertenencia a organización criminal y de mantener contactos con delincuentes internacionales. Incluso admitió que conocía varios nombres de estos individuos a los que reconoció como «amigos» o «colaboradores».

Y es que Igor el Ruso fue condenado en Italia a cadena perpetua por dos asesinatos y durante aquel juicio salieron a relucir las tramas delictivas en las que estaba implicado, pero huyó en 2017 del país trasalpino. Norbert Feher que ya está condenado a 21 años por otro tiroteo contra dos personas en la provincia de Teruel, se enfrenta ahora a una pena de prisión permanente revisable por esta causa.

Su abogado defensor mantiene que «neurosis de guerra» tras haber vivido el conflicto de los Balcanes a finales de los años 90. Sin embargo, el Ministerio Público y las acusaciones mantienen que actúa a sangre fría.

Por otra parte, cuando el domingo iba a ser trasladado desde la cárcel en Dueñas (Palencia), Feher agredió a cuatro funcionarios de prisiones «con un trozo de azulejo afilado», denunció en un comunicado el sindicato Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones, (APFP). En su celda fue encontrado un mensaje escrito en él que amenaza a los trabajadores de prisiones a su vuelta.