Iglesias ofrece a Sánchez una coalición «claramente» liderada por el PSOE

Para levantar aún más la moral en sus filas de cara a las municipales, autonómicas y europeas, Iglesias dio por cumplido el objetivo que su candidatura se marcó al inicio de la campaña, cuando las encuestas le pronosticaban un resultado muy por debajo del finalmente obtenido. Y éste era lograr la suficiente fuerza parlamentaria para participar en la formación del próximo Gobierno. Misión cumplida, vino a decir.

El líder de Podemos realizó ante la cúpula de su partido una encendida defensa de la coalición que ya propuso en la misma noche electoral a Pedro Sánchez, y que volverá a poner sobre la mesa en la reunión que ambos mantendrán este martes en la Moncloa. Lo hizo en el mismo día en que la federación andaluza, controlada por la anticapitalista Teresa Rodríguez, mostró su rechazo a un acuerdo global con el PSOE y apostó por ofrecer tan solo un apoyo externo, similar al que las fuerzas más a la izquierda del Parlamento portugués dan el primer ministro socialista Antonio Costa. Iglesias evitó entrar en debates internos y recalcó que, en todo caso, serán los inscritos de Podemos los que tengan la última palabra sobre el papel que desempeñarán sus diputados a lo largo de la próxima legislatura.

El candidato de Unidas Podemos desgranó los motivos por los que la coalición izquierdista debe desempeñar responsabilidades en el próximo Ejecutivo. El primero de su lista responde al apoyo que ya han mostrado en público la CEOE, el Banco de Santander o diversos medios financieros internacionales a un acuerdo entre PSOE y Ciudadanos. «Es posible cambiar las cosas desde el Gobierno y por eso los poderosos no quieren que lleguemos a él», justificó ante la plana mayor de su partido. Ni siquiera le vale la fórmula de un gabinete del PSOE en solitario por el que suspiran en la sede de Ferraz.

Iglesias advirtió de que, sin nadie que les controle, los socialistas pactarán con la derecha en materia de pensiones, de los límites a los precios abusivos al alquiler o de poner coto al oligopolio de las grandes eléctricas, mientras que Sánchez solo buscaría a Unidas Podemos para sacar adelante medidas sociales simbólicas y de maquillaje.

Tiró de pragmatismo para ofrecer una segunda justificación de su postura. Recordó que la derecha suma 149 escaños frente a los 123 del PSOE, que pasarían a 165 si Sánchez sumase los 42 de la coalición izquierdista. Más que suficiente para gobernar cuatro años con el apoyo externo de unas fuerzas independentistas y nacionalistas a las que el líder de Podemos tendió la mano.

Iglesias adelantó que este martes pedirá al presidente en funciones un diálogo «sosegado, sin líneas rojas y con la verdad por delante». Habló de reiniciar una relación con el PSOE que hasta la moción de censura fue poco menos que tormentosa, pero que, a lo largo de los últimos diez meses se ha demostrado que puede dar respuesta a las reivindicaciones de la mayoría social progresista, se sostiene ahora desde Podemos. Para lograrlo, el secretario general ofrecerá un bipartito formado «en la proporción que dan los votos» y, por tanto, que «claramente lideraría el PSOE», destacó. Esto supone de inicio renunciar a puñado de Ministerios, si bien en las últimas semanas los dirigentes podemistas ya han señalado su deseo de ocupar también altos cargos, como secretarías de Estado o subsecretarías

El líder de la formación morada quiso ser este lunes el primero en tender los nuevos puentes. «Hay que felicitar a Sánchez», dijo ante su Consejo Ciudadanos, y hay que hacerlo porque el líder socialista– «a pesar de lograr el tercer peor resultado del PSOE desde 1977», recordó–, ha recibido un mandato claro de los ciudadanos: «Frenar al trío de Colón». Para hacerlo deberá contar con el respaldo de Unidas Podemos, insistió Iglesias antes de concluir que es necesario «dejar de lado la arrogancia en la que se ha podido caer en algún momento». Incluido él, reconoció.