Los bomberos trabajan en el piso superior de la nave industrial de Badalona. EFE

El incendio de una nave en Badalona deja tres muertos y 25 heridos

El edificio siniestrado llevaba ocupado desde hace una docena de años y en la actualidad vivían en precariedad 200 subsaharianos

Cristian Reino

Barcelona

Jueves, 10 de diciembre 2020, 00:32

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La tragedia se ha cebado una vez más con los más vulnerables. Decenas de jóvenes migrantes subsaharianos, que atravesaron un infierno para llegar a Occidente en busca de una vida mejor, se encontraron el miércoles por la noche metidos en otro, el de las llamas ... que devoraron la nave industrial abandonada en la que vivían como ocupas en Badalona (Barcelona).

Buena parte de ellos pudieron salvar la vida, saltando en algunos casos desde una altura de nueve metros, pero no todos corrieron la misma fortuna. Tres personas murieron atrapadas por el fuego que, según las primeras hipótesis, pudo tener su origen en una vela o en la manipulación de un contador. Sin luz, agua ni unas mínimas condiciones de habitabilidad, con toda seguridad solo buscaban darse un poco de calor o tener algo de luz.

El alcalde de la ciudad, Xavier García Albiol, habló de «tragedia de magnitudes aún desconocidas» y es que la situación de máxima precariedad en la que quedó la estructura del edificio impidió que los bomberos pudieran acceder a todo el inmueble, por lo que no estaba descartado que pudiera haber más víctimas. Según el consistorio, en torno a 60 personas pudieron huir de las llamas, de las que 15 se pusieron en contacto con el ayuntamiento para poder ser realojados por los servicios sociales. Pero se sospecha que en la nave vivían entre 150 y 200 personas.

«La virulencia del incendio hace incompatible que una persona que no pudiese salir al principio pueda estar con vida», afirmó el consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Sàmper. El trágico incendio declarado en el barrio del Gorg de Badalona, en un polígono ocupado desde hace más de doce años y que el propietario nunca denunció, dejó también la fatal cifra de 25 heridos, tres de ellos grave o muy grave.

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Los vecinos se lo veían venir por la situación en que se encontraba el inmueble, donde confluían algunos de los problemas de la sociedad actual: pobreza, desigualdad, personas sin papeles, migración irregular e infravivienda. Todo ello en un contexto de pandemia sanitaria. Sin empadronamiento no tienen ni tarjeta sanitaria.

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Galería. Imágenes del trágico suceso. Agencias

«Solo pido mis derechos», defendía uno de los supervivientes en el cartel que portaba en la concentración celebrada este jueves por la tarde en recuerdo de las víctimas. La mayoría, una cincuentena de personas, gritaron «dignidad y justicia» y cargaron contra el alcalde: «Albiol, racista». En una pancarta al inicio de la marcha reclamaban una «vida digna». Marcharon desde la nave hasta la plaza del ayuntamiento.

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Problema extendido

La situación de extrema precariedad es un polvorín, que no es exclusiva de la nave siniestrada, ni siquiera de la zona donde está el inmueble, pues los vecinos denuncian que hay dos similares a escasos metros. El problema afecta a todas las grandes ciudades. Solo en Barcelona capital, el Ayuntamiento asegura que hay 70 naves de mayor o menor tamaño donde viven cientos de jóvenes, que durante el día se ganan unos euros recogiendo chatarra.

El problema de esta nave era conocido desde hace años y ha pasado de gobierno en gobierno, ya que desde entonces Badalona ha tenido consistorios de todos los colores: actualmente es del PP, antes del PSC y previamente de Guanyem Badalona (CUP). «Estamos ante una situación de vulnerabilidad muy compleja para poder actuar», reconoció en el lugar de la tragedia el presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès.

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El alcalde dijo que había pedido una orden judicial para poder entrar en el inmueble, pero el juez no la dio. «Sin orden judicial, no se puede entrar», insistió. Minutos antes de que se declarara el incendio, la policía realizó una operación de control en el entorno de la nave. Albiol anunció el derribo mismo y cargó las tintas contra el propietario de la nave, que tenía un expediente urbanístico y que tenía que haber denunciado la situación del inmueble, según el alcalde. «Deberá asumir la responsabilidad», advirtió.

La asociación de vecinos del barrio del Gorg señaló por su parte que en los últimos tiempos se había deteriorado la convivencia con los ocupas. Hace unas semanas, hubo una pelea en la calle con cuchillos y machetes. El consistorio barcelonés denunció que en el interior de la nave existía todo un «submundo», una organización «jerárquica», que estaba controlada por algunos de los ocupas dedicados a la venta de droga. «Aquello era una ciudad paralela, tenían hasta un bar dentro», afirmó.

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