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Marcos Menéndez
Gijón
Viernes, 12 de enero 2024, 13:26
Una fuerte tormenta y la suerte adversa dio con una gran pieza, construida en las instalaciones mierenses de TK Elevator, en el fondo del Mar Báltico. Se trataba de una pasarela de embarque para una terminal náutica sueca que suponía todo un hito de ingeniería ... para la empresa asturiana. Ya su embarque en El Musel fue muy complicado, debido a las dimensiones de la estructura, pero durante el viaje ya surgieron varios problemas. Pues el trayecto entre los puertos de Gijón y de Karlskrona (Suecia), realizado a mediados del pasado mes de noviembre, se vio agitado por las borrascas de gran impacto 'Federico' y 'Jasper'.
El encargado de hacer el viaje fue el carguero portugués 'Wilson Flex II', perteneciente a la naviera Arkon Wilson. Había atracado en la octava alineación de los muelles de La Osa el 27 de octubre. En cuanto a la pieza a embarcar se trata de un 'finger' o pasarela de embarque para una terminal náutica propiedad de la naviera Stena Line en el puerto sueco de Karlskrona y sus grandes dimensiones obligaron a que fuera ensamblada directamente en los muelles del puerto gijonés. Con un peso de 110 toneladas, 45 metros de largo, 17 de ancho y 26 de altura, fueron necesarios varios días para asegurarla en la cubierta del carguero. Apenas tenía medio metro de margen por cada lado, ya que el buque, construido en el año 2022, tiene una eslora de 88 metros y una manga de 14.
El barco abandonó el puerto de Gijón el 8 de noviembre rumbo al Mar Báltico, pero solo cuatro días después comenzaron los problemas. El 12 de noviembre, a las ocho y cuarto de la tarde, se disponía a cruzar el canal de Brunsbüttel (Alemania) para ahorrarse rodear la península de Dinamarca. Tras llegar a las esclusas del canal, se le ordenó atracar, ya que presentaba importantes daños en la cubierta y parte de la carga colgaba por el lado de babor, de modo que el 'Wilson Flex II' sólo podía atracar por el lado de babor, según se explica desde Alemania. La tripulación pudo reparar los desperfectos y el buque recibió permiso para continuar su viaje a través del canal durante la mañana del 15 de noviembre.
El barco llegó al Mar Báltico cerca del puerto de Kiel (Alemania) y desde ahí tomó rumbo a Karlskrona, una localidad ubicada a unos 400 kilómetros en el sur de Suecia que cuenta con una terminal de la naviera Stena Line que ofrece una conexión directa con el puerto polaco de Gdynia. Pero un nuevo temporal golpeó con fuerza al 'Wilson Flex II' y desestabilizó la carga hasta tal punto que puso en peligro a la propia embarcación. Al final, la estructura se soltó de la cubierta y acabó en el fondo del mar, aunque tanto el barco como la tripulación salieron sin daños.
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