El presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, y su vicepresidenta, Laura Vilagrà, durante la reunión semanal del Govern EFE

ERC recurre al agravio fiscal y se escuda en su militancia para apretar al PSC por Illa

Rovira presiona a los socialistas citándose con Turull, antes de que Puigdemont dé pistas hoy de su vuelta en un acto en Francia

Viernes, 26 de julio 2024, 13:32

Las negociaciones entre el PSC y ERC para investidura de Salvador Illacomo presidente de la Generalitat se han intensificado y han llegado a su fase final, de acuerdo al plazo que fijaron los republicanos para que haya pacto: el miércoles 31 de julio. En ... el Parlament, la consigna que tienen todos los grupos es que nadie puede irse de vacaciones más allá de Cataluña.

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Las conversaciones están marcadas por las dificultades para encontrar un punto de consenso en materia de financiación, que es la reivindicación central que Esquerra ha puesto sobre la mesa. También por lo que puedan decidir las bases republicanas, que tendrán la última palabra si hay acuerdo para investir a Illa, y por la posición de Carles Puigdemont, que hoy ha convocado a los suyos a un acto de partido en el sur de Francia en el que se espera que rompa el silencio sobre sus planes de regreso. O lo que es lo mismo, su estrategia para intentar reventar la investidura de Illa y su amenaza de retirar el apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez.

Ese retorno, agitado desde antes de las elecciones del 12-M, implicaría su detención inmediata. No está claro si volvería el mismo día de la investidura o antes para condicionar aún más el pleno, la votación de ERC o incluso la consulta entre la militancia republicana. Los dirigentes de Junts están en alerta ante un posible regreso de su líder, siete años después de su huida, a principios de agosto.

En Esquerra ven posible el acuerdo con el PSCen los próximos días, aunque al mismo tiempo aseguran que aún no están en ese punto de madurez. Llevan semanas diciendo blanco y negro a la vez, conscientes de su lío interno. Y juegan a la guerra de nervios con los socialistas, reuniéndose en paralelo con Junts. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, y el secretario general de Junts, Jordi Turull, mantuvieron ayer un encuentro, el día antes del acto de Puigdemont. El expresident reiterará su voluntad de optar a la investidura, aunque su elección es imposible dado que necesitaría la abstención de los socialistas.

Al margen de intentar inquietar a los de Illa con la reunión con Turull, los republicanos pusieron ayer toda la carne en el asador con la cuestión de la financiación propia y singular y presionaron a los socialistas con la amenaza que supone someter un posible acuerdo a la propia militancia republicana en un momento de guerra interna en que las bases parecen tener ganas de castigar a la dirección. Los críticos en Esquerra con la investidura de Illa se movilizaron ayer en las redes con el reclamo de que no quieren a un «presidente del 155, ni en pintura».

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ERC lleva días advirtiendo de que si la propuesta de los socialistas en materia de financiación no es suculenta, sus simpatizantes no la avalarán porque no se fían ni del PSOE ni del PSC y necesitan compromisos de cumplimiento. Rovira y los suyos ven a su militancia indignada, no solo porque el partido se plantee investir a Illa sino por los problemas internos, agravados por la polémica en torno a los carteles contra los Maragall, que surgieron del propio partido y que están echando gasolina al incendio. Es otra forma de presionar.

Según afirmó ayer la portavoz de ERC, Raquel Sans, los socialistas se han movido pero no lo suficiente. «Lo que me hace dudar de que la militancia pueda avalar o no un preacuerdo es la desconfianza con el PSOE, la sensación de que a veces se llega a pactos y quedan papel mojado», señaló en TV3. De ahí el valor de la visita de Pedro Sánchez a Pere Aragonès del miércoles. Los republicanos siguen rechazando el consorcio tributario recogido en el Estatut que proponen los socialistas. Exigen salir del régimen común y reformar la LOFCA, la ley de financiación autonómica.

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Nueva financiación

En plenas negociaciones, el Govern hizo ayer público un estudio con el que fijó posición sobre el sistema de reparto de recursos –ERC exige tener la llave de la caja– y criticó que el modelo, pendiente de actualizar desde hace una década, perjudica a Cataluña. El ejecutivo de Aragonès y Esquerra argumentan que la diferencia entre lo que su comunidad aporta y lo que recibe es de «20 puntos porcentuales, superando los 26 cuando se contabiliza el coste de la vida». «Es el decimotercer año consecutivo que Cataluña cae por debajo de la media del conjunto de territorios, a pesar de aportar un 17,5% más al sistema», afirma el estudio del Govern.

Según la Consejería de Economía de la Generalitat, la financiación de 2022 volvió a situar a Cataluña en la cola de las comunidades de régimen común en ingresos recibidos por habitante, «un resultado desfavorable que se repite cada año desde 2010». El Govern toma como base los datos de liquidación comunicados por el Ministerio de Hacienda. Cataluña, de acuerdo a sus cálculos, fue el tercer territorio que aportó más ingresos per cápita al sistema, un 17,5% por encima de la media, y fue la décima en recepción.

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