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Arturo checa
Valencia
Viernes, 11 de febrero 2022, 10:22
Esteban Company nació ya siendo un superviviente. El día que vino a este mundo, Valencia estaba totalmente inundada. Abrió los ojos en el tradicional barrio de Ruzafa. Era el 23 de octubre de 1957. Unos días antes, la voraz riada sembró la ciudad de barro, ... muerte, agua y destrucción. En casa se quedaron sin luz. «Yo creo que mi padre se llevó todas las velas que había en las estanterías del colmado al que fue. Me parece que nos llegaron las velas hasta el 2000. Las llamábamos las velas del 57». A l teniente coronel de la Guardia Civil siempre le ha alumbrado el humor en su vida. Un arma de supervivencia.
Optimismo para salir adelante después de volar literalmente por los aires. Al borde de la muerte tras cruzarse en el camino de 150 kilos de explosivos colocados en una autovía de Guipuzcoa por Antonio López Ruiz 'Kubati'. Ocurrió en 1986. Pero al guardia valenciano aún le hierve la sangre. Hoy más que nunca. «El hombre con el que habla el Gobierno es el etarra que intentó matarme. Sin conseguirlo. El terrorista al que Sánchez ha puesto en una mesa oficial, no es que tenga las manos manchadas de sangre, es que le chorrea», apunta el agente en una entrevista exclusiva concedida a Las Provincias.
«El 'valiente gudari José Antonio López Ruiz 'Kubati', responsable de múltiples atentados con varios muertos, entre ellos el de su excompañera de banda 'Yoyes' es el mismo que 14 días antes de este asesinato intento matarme sin conseguirlo. Desde ese día (27 de agosto de 1986) diariamente lo tengo presente en mis oraciones». Este el sarcástico mensaje que el teniente coronel envió ayer a muchos de sus conocidos. Desde su despacho del cuartel de Benimaclet, en el que sigue en activo como Jefe de la Sección de Apoyo de la Zona. «Yo no quiero protagonismo, pero tengo una responsabilidad: que no se olvide lo que pasó. Y es infame que este señor, con más de una docena de muertes a sus espaldas, hable con el Gobierno».
'Kubati' fue uno de los elegidos por Pedro Sánchez en 2019 como interlocutor para dialogar con las tramas de apoyo a los presos de ETA, como ha venido publicando este periódico. El máximo responsable de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, mantuvo encuentros periódicos, regulares y sin intermediarios al menos en los primeros meses de la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa con los representantes de los presos de ETA. Sobre la mesa, tratar los acercamientos de presos a cárceles vascas. «De forma más discreta, mejor», contestaba 'Kubati' en algunos whatsapps enviados al responsable de Prisiones en referencia a las gestiones llevadas a cabo entre ambos para el movimiento de reclusos de ETA, una de las condiciones puestas sobre la mesa por Sortu a Sánchez: presos por seguir en la Moncloa.
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En 1986 'Kubati' era el jefe del comando de liberados 'Gohierri Costa'. Él terrorista fue uno de los que decidió colocar aquel 27 de agosto de 1986 una trampa mortal bajo el puente del río Urumea, en la autopista Bilbao-Behovia. «La detonaron con un cable. Estaban esperando a que pasáramos con el coche de la Guardia Civil. Menos mal que aquel día elegimos un vehículo blindado, porque normalmente no lo llevábamos», subraya Esteban. Sus palabras las lanza a menudo mientras se acaricia la pierna izquierda, la misma que se le quedó destrozada en el atentado. Anda y hace vida normal, pero sabe que un día «esta pierna me acabará llevando a una silla de ruedas».
El coche voló por los aires. «Yo me quedé atrapado por la puerta pero logré salir». En su casa conserva aún el uniforme de gala que lucía. Destrozado por el estallido. Pasó más de dos años de baja. Hoy guarda la prenda en sus despacho del cuartel de Benimaclet. El mismo en el que sigue operativo. «Pero vivo para contarlo. Muchos otros no lograron sobrevivir. Por eso, yo no busco protagonismo, pero tengo una responsabilidad: que no se olvide lo que sucedió, contar lo que pasó, que no es como dicen ahora». Y carga con dureza contra el proceso iniciado por el Gobierno de Pedro Sánchez. «Aquellos tiempos eran malos, pero estos son peores. Los traidores están dentro».
En su despacho de Benimaclet tiene varias carpetas con los recuerdos macabros de aquel día que casi le cuesta la vida. El anónimo que recibió con letra grotesca y que le decía: ¿Te acuerdas del 28 de agosto? Esta vez morirás tú y tu familia«. Una foto en la que aparece el gigantesco cráter que quedó en la autopista cuando su coche voló por los aires. El vehículo de la Benemérita con el morro hecho añicos tras la explosión. El cable del explosivo empleado por el comando asesino. Los rastros de los planes macabros del etarra que ahora entra en despachos del Gobierno.
«¡Pero qué cuajo hay que tener para sentarse a hablar con un señor así!». El teniente coronel de Ruzafa arde cada vez que recuerda la mediación con 'Kubati' llevada a cabo por el Ejecutivo de Sánchez. Guarda un sinfín de artículos publicados sobre su atentado. Documentación sobre el comando que encabezaba el hoy 'negociador'. «Ya lo pasé fatal cuando salió de prisión tras derogarse la 'doctrina Parot', pero jamás me podía imaginar que acabaría viendo algo así».
El teniente coronel estuvo destinado en Guipuzcoa en los llamados 'años de plomo'. En los 80, cuando raro era el telediario que no abría con el asesinato de un militar o miembro de las Fuerzas de Seguridad. Sabe bien que «todos los partidos políticos han negociado con ETA. En eso no entrábamos, nosotros estábamos a nuestros temas operativos y no nos metíamos en política». Company era amigo de Antoni Asunción, valenciano y ministro entre 1993 y 1994. «Hablábamos mucho de cosas así». Pero 'Kubati' es sencillamente un asesino. «No estamos hablando de un tío que ha tirado una piedra en una manifestación. U Otegui, que ha sido condenado por terrorismo, como cabeza visible de Herri Batasuna. No, no, este es un tipo que ponía bombas y disparaba, alguien a quien se le escurre la sangre de las manos».
El valenciano recuerda muy bien quién era 'Kubati' dentro de la cárcel. «Un psicópata». Lo conoce muy bien, tras mucho tiempo vigilándolo. No desconoce el por qué de su apodo. Por su admiración hacia el as futbolístico Ladislao Kubala. «No era porque le pirraran los 'cubatas'», recuerda... El guardia civil no olvida que el histórico de ETA era quien entre rejas no cesaba de arengar a las huestes etarras para cargar contra las casas cuartel de la Benemérita. «Hay que llenarlo todo de ataúdes blancos», era su macabra amenaza, pensando en niños como víctimas.
Esteban Company estalla al recordar la enorme influencia que han alcanzado en el Gobierno el entorno proetarra. «No sólo están en el Gobierno. Influyen en los presupuestos. Y ahora negociando. Esto parece una República Bananera».
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