La apuesta por la mascarilla en el exterior sin medidas adicionales dispara la crítica a Sánchez

Los propios presidentes autonómicos participantes en la cumbre ya mostraron, con escasas excepciones como la del extremeño, Guillermo Fernández Vara, sus diferencias con la visión del Ejecutivo, que se reafirmó en la negativa a imponer restricciones a cualquier actividad económica, cultural o de ocio a las puertas de unas Navidades que había previsto como las de la «recuperación»; rechazó la creación de una ley de pandemias, y volvió a decir 'no' a un nuevo fondo covid como el que disfrutaron los territorios en 2020 y 2021.

Un día después, en el Parlamento, la tormenta arreció. La vicepresidenta de la Cámara y exministra popular de Sanidad, Ana Pastor, tildó el real decreto ley sobre las mascarillas, aprobado este jueves por el Consejo de Ministros, de «tomadura de pelo». «Es puro paripé para decir: 'aquí está el presidente del Gobierno, que hace cosas –recriminó–, pero no hace nada». Los populares insisten en que sin una ley de pandemias las comunidades autónomas están desprotegidas. «Se les obliga a buscarse la vida por su cuenta. Es –adujo Pastor– la desgobernanza absoluta», adujo.

Ciudadanos alegó , por boca de su portavoz adjunto, Edmundo Bal, que apostar por el uso de las mascarillas al aire libre no es fundamentar las decisiones en la ciencia sino en la «superstición y la propaganda», y Vox confirmó que recurrirá el real decreto ley y no cumplirá la norma cuando se pueda mantener la distancia de seguridad. La número dos de este grupo, Macarena Olona, también cargó, en todo caso, contra el PP y recordó que varios presidentes populares habían abogado por la medida.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, replicó precisamente desde la Moncloa que la vuelta de las mascarillas en exteriores no es una apuesta exclusiva del Gobierno y que recabó la práctica unanimidad de los participantes en la Conferencia de Presidentes. Además, justificó que, en estas fechas, en las que es fácil que se produzcan aglomeraciones resultan útiles para evitar la propagación de la enfermedad.

Lo que critican la mayoría de los partidos y muchos gobernantes, sin embargo, es que toda la actuación del Ejecutivo haya quedado prácticamente reducida a eso. Socios clave como ERC o EH-Bildu, fueron contundentes. «Imponer mascarillas obligatorias en exteriores mientras se recorta en Sanidad es casi como regalar paraguas en mitad de un tsunami.El casi es porque las mascarillas no se regalan», dijo Gabriel Rufián.

Mertxe Aizpurua avisó de que la medida puede ser contraproducente y tener «poco impacto en la pandemia y mucho en la salud mental de los ciudadanos» y reprochó que, en su lugar, no se hayan impuesto medidas sobre ventilación de interiores o el refuerzo de la atención sanitaria primaria.

El Ejecutivo se mantiene, sin embargo, en que, con la actual presión hospitalaria, no es necesario ir más allá y en que lo importante es avanzar lo más rápidamente posible en la vacunación. Frente a las demandas y reproches, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, aseguró que se combatirá el virus «con todos los recursos que sean necesarios» y repitió, como Sánchez la víspera, que si es preciso más dinero, las autonomías lo tendrán. Pero también dejó claro que, de momento, tendrán que apañarse con lo que tienen.

Hasta diez comunidades reclaman el mantenimiento del fondo covid. El Gobierno esgrime que en los Presupuestos tienen consignados 7.000 millones de euros adicionales de los que podrán echar mano y que lo que ahora toca es administrarlo con «corresponsabilidad».. En realidad, esa partida nada tiene que ver con la crisis sanitaria y se corresponde con la liquidación pendiente del IVA de 2017 que el Tribunal Supremo obligó al Estado a pagar.