La Moncloa y Esquerra Republicana están de acuerdo en que la mesa de diálogo gubernamental que se constituirá este miércoles no puede estar constreñida por la existencia de un calendario cerrado de acuerdos y reuniones. Sería «ponerse más presión encima», afirmó hoy el vicepresidente ... del Gobierno catalán y representante de los republicanos, Pere Aragonès.
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Pedro Sánchez también defiende que la guía de ese foro debe ser el diálogo y los acuerdos llegarán si el clima es propicio, no por la existencia de un cronograma que solo generaría frustración si no se cumplen los plazos marcados. El presidente catalán, Quim Torra, en cambio ha mantenido en numerosas ocasiones que tiene que haber una hoja de ruta precisa para que las reuniones no se dilaten sin avances. Un argumento que tanto para el Gobierno como para Esquerra es un palo más de los que pretende colocar en las ruedas de la mesa.
Aragonès señaló hoy en una entrevista concedida a 'El Punt Avui' que poner plazos es una mala estrategia porque la experiencia ha demostrado a los independentistas que «se llega a esa fecha límite sin la fuerza que deberíamos haber tenido» para defender las posiciones. El vicepresidente catalán se mostró partidario de prescindir de todos los condiconantes posibles, incluido el relator o mediador. Su presencia «no es garantía de que el acuerdo se lleve a cabo». Hay que «aprovechar la oportunidad de la mesa, y si se consigue una figura como esta (el relator) perfecto, pero no desaprovechemos la oportunidad».
Sánchez también reclama que se aproveche este momento después de ocho años de desencuentros. Poner condición tras condición a una mesa de diálogo que el independentismo siempre ha reclamado, y nunca había conseguido, demuestra , a juicio delpresidente del Gobierno, escaso interés en que haya avances en la búsqueda de una solución al conflicto político en Cataluña.
El líder socialista participó hoy en Santiago en el primer mitin de la precampaña electoral en Galicia y reclamó a la oposición que, ya que no respalda la mesa de diálogo con la Generalitat, al menos no la torpedee. «A ese tripartito del apocalipsis», dijo en referencia a PP, Vox y Ciudadanos, «le digo que si no quiere arrimar el hombro, que no sea un obstáculo para el avance» de un diálogo que se va a desarrollar por cauces constitucionales.
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Y en ese terreno, añadió, no quería escuchar «ninguna lección de la derecha sobre el compromiso constitucionalista» porque los socialistas «somos constitucionalistas, sí, pero de toda la Constitución, no solo del 155».
Sánchez ratificó que no se va a despegar de «la agenda del diálogo y el reencuentro» con Cataluña por más ataques que reciba. La oposición, entretanto, «si quiere crispar, que crispe; si quiere insultar, que insulte; si quiere gritar, que grite», que el Gobierno y el PSOE van a seguir a lo suyo.
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