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Inmigrantes subidos a la valla, en una imagen de archivo. Afp
Un freno contra toda esperanza

Un freno contra toda esperanza

En los primeros ocho meses de 2019, más de 18.000 personas han entrado de forma ilegal en España, la quinta parte por vía terrestre

Domingo, 15 de septiembre 2019, 18:04

Las concertinas son más pequeñas que un pulgar y tienen doble cuchilla de acero. Prendidas de un alambre que envuelve en turbulenta geometría la parte superior de las vallas de Ceuta y Melilla, sirven de último elemento para contrarrestar los saltos de los migrantes que ... sólo pueden entrar a Europa por esas puertas prohibidas. Como cualquier cerco de púas, están pensadas para hacer daño con su filo y, mediante el dolor o el miedo, entorpecer el avance. Pero no son efectivas. «Las personas que sufren persecuciones, conflictos o extrema pobreza en sus países, y quieren llegar a un territorio donde tener una vida mejor, no van a parar por las concertinas, aun sabiendo que ponen en peligro su vida», afirma Verónica Barroso, responsable de Política Interior en Amnistía Internacional.

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