La fórmula de Sumar para un liderazgo bicéfalo tropieza con los recelos de sus aliados

Aún no está claro cómo será el proceso y si estos liderazgos permanecerán de forma interina hasta la celebración o no de un congreso. En principio, la siguiente asamblea de Sumar estaba prevista para otoño, pero la situación que atraviesa el partido tras la dimisión de Díaz al frente de los cargos orgánicos ha dinamitado cualquier calendario previsto en marzo, cuando celebraron su asamblea fundacional.

De hecho, la Ejecutiva de la coalición magenta está ahora mismo incompleta, ya que solo cuenta con 80 miembros –entre ellos el portavoz parlamentario, Íñigo Errejón, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y también algunos diputados– que representan solo al 70% del llamado grupo coordinador. El 30% restante debía estar a estas alturas ocupado por representantes de partidos que forman parte de la organización, como Izquierda Unida o Más Madrid, pero que finalmente enfriaron su entrada debido a las tensiones surgidas durante la elaboración de las listas para las elecciones europeas, donde se sintieron agraviados por el reparto.

De hecho, ahora la mayor parte de los partidos de la coalición coinciden en que ha terminado el tiempo de la plataforma de la líder gallega como sujeto hegemónico en la coalición y creen que es necesario abrir un debate para reconstruir un frente amplio cuyo organigrama sea horizontal. Es la propuesta de Izquierda Unida, cuyo coordinador federal, Antonio Maíllo, ya ha empezado a maniobrar para que su formación protagonice este proceso. Advirtió en una entrevista en la Ser que «Sumar está superado como proyecto aglutinador» y que, bajo el liderazgo de Díaz, «no se han cumplido los objetivos».