UPN, PP y Vox trasladan el clamor contra Sánchez a Pamplona tras su pacto con Bildu

Bajo el lema 'Pamplona no se vende', la manifestación partió las doce del mediodía de la plaza Consistorial, aunque ya desde primera hora centenares de ciudadanos habían ido tomando posiciones con carteles en los que podía leerse 'Traición por sillón', o 'PSOE-PSN mentiroso' y proclamas como 'Ibarrola no estás sola', 'Chivite traidora', 'Puigdemont a prisión' o 'Cerdán cuentista, Bildu es terrorista', en alusión al secretario de Organización del PSOE, muñidor de un pacto que los socialistas navarros habían negado antes de las elecciones generales.

El acuerdo en Pamplona ha provocado un auténtico terremoto político, con réplicas de calado en el País Vasco –ha puesto en un brete al PSE a las puertas de una campaña autonómica y disparado los recelos del PNV–, y ha sacudido igualmente la siempre convulsa escena política madrileña, donde Alberto Núñez Feijóo acusa al presidente de insistir en reunirse con él con el único propósito de desviar la atención de sus acuerdos con Bildu y con Carles Puigdemont, a los que ha legitimado como socios.

Hoy, tras el periplo de marchas contra la amnistía a los encausados por el 'procés' que ha protagonizado por toda la geografía española, el líder del PP acudió a la concentración convocada por UPN y se situó en primera línea de pancarta con la 'número dos' del partido, Cuca Gamarra. «Sánchez pone otro ladrillo a su muro», denunció Feijóo, que lamentó que el PSOE haya «perdido la dignidad y la memoria» al pactar con una fuerza política que sigue llevando «asesinos en sus listas». «Yo sería incapaz de darle a un partido que ha asesinado a mis compañeros la alcaldía de la capital de Navarra. Sánchez quiere indignidad y olvido y nosotros queremos dignidad y memoria. Sabíamos que el pacto encapuchado entre Sánchez y Otegi iba a tener consecuencias y ahora sabemos cuál es la primera factura y la última mentira», apostilló Feijóo para dar a entender que aún quedan más 'pagos' a Bildu por hacerse públicos, unos pactos que, para UPN, acabarán por acelerar la excarcelación de los presos de ETA, una vez acercados todos a prisiones vascas.

Feijóo compartió cabecera con líderes históricos regionalistas navarros como la exalcaldesa de Pamplona Yolanda Barcina y también con dirigentes de Vox, como el vicepresidente castellanoleonés Juan García Gallardo, y de Ciudadanos, que envió a la capital navarra a su líder, el eurodiputado Adrián Vázquez.

La todavía alcaldesa y el líder de UPN, Javier Esparza, llevaron la voz cantante en una protesta que no será, ni mucho menos, el final de la ofensiva política contra Sánchez por sus acuerdos con Bildu y con el independentismo catalán. La propia formación regionalista ha anunciado ya otra concentración contra el acuerdo el 28 de diciembre, el día que el Ayuntamiento debatirá la moción de censura contra Ibarrola, y el PP monopolizará la última sesión de control del año en el Senado con preguntas al Gobierno sobre el acuerdo en Pamplona y la amnistía. Los populares, que ya preparan el terreno para el nuevo ciclo electoral que se iniciará con las elecciones autonómicas en el País Vasco y Galicia y también con las europeas de junio, ven el camino expedito para desgastar a Sánchez.

La concentración fue, sobre todo, un clamor contra el presidente del Gobierno, al que Esparza acusó de convertir la política en un «juego de tronos» y en una «carrera infame para mantenerse en el poder». «No hay nada más vil que sacar de la Alcaldía a los demócratas para entregársela al fascismo abertzale», lamentó el líder de UPN, convencido de que habrá «muchos socialistas avergonzados» por el pacto con Bildu. «Para Sánchez, Pamplona es insignificante», insistió, en línea con la alcaldesa, que denunció que la ciudad sea una mera «moneda de cambio» en los acuerdos del presidente con sus socios abertzales. «Les ha dado la joya de la corona para la construcción de Euskal Herria», incidió, en alusión al gran valor simbólico que la capital navarra ha tenido siempre en la estrategia política de la izquierda abertzale.

Entre un ondear de banderas de Navarra y gritos de «mentirosos» dirigidos a los socialistas, los dirigentes de UPN avisaron de que ni la comunidad foral ni España «perdonarán» la «traición» de Sánchez, ni el acuerdo le saldrá «gratis»: «Sánchez olvida que España no puede explicarse sin Navarra. No podrán quitarse esta mancha y la sociedad la castigará en las urnas».