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Ander Azpiroz
Jueves, 30 de marzo 2023, 13:19
El Partido Popular trata de esquivar la polémica que se ha levantado a cuenta de la gestación subrogada, tras conocerse este miércoles que la artista Ana Obregón, a sus 68 años, ha tenido una hija mediante un vientre de alquiler en Miami gracias a ... una opción que en el estado de Florida se considera legal, pero que en España está prohibida.
Desde Lisboa, Alberto Núñez Feijóo insistió en que el PP apuesta por un debate sereno y profundo sobre esta cuestión. La gestación subrogada es ilegal en España desde 2006, no obstante, tal y como ha recordado el líder popular, existen serias lagunas sobre su efecto. No es posible acordar un vientre de alquiler en territorio nacional, pero las personas con rentas altas si pueden hacerlo en países donde esta práctica sí está permitida, como son Estados Unidos, Portugal, Grecia, Canadá, Australia, Rusia, Ucrania o India.
Esta laguna es un problema reconocido por todas las fuerzas políticas, que de un modo u otro proponen regular los vientres de alquiler. Otra cosa es cómo y cuándo abordar el asunto. «Ante un hecho social controvertido, lo que se debe hacer es debatir y proponer. El debate lo daremos, pero no ahora. El principal problema que tenemos en España es frenar la sangría de excarcelaciones a violadores y abusadores», argumentó Feijóo desde Portugal.
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La gestación subrogada se ha convertido en arma política. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, fue contundente este jueves al referirse a Feijóo: «Como no sabe nada sobre nada, pues puede decir una cosa y la contraria. Ha pasado con las relaciones internacionales y con la política internacional, ha pasado con el acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial, pasó con el derecho al aborto y ahora pasa con los vientres de alquiler», señaló Bolaños. La vicepresidenta Yolanda Díaz añadió que no comparte «un modelo de vida basado en la explotación de mujeres pobres».
Pero sin duda, la respuesta más contundente a la estrategia serena de Feijóo y los populares llegó desde la Conferencia Episcopal Española. «La Iglesia, comprendiendo el dolor de no poder tener hijos y las dificultades, plantea sus reservas sobre el tema. No es por negar algo a la mujer, pero no puede ser una incubadora», alegan los obispos, nada sospechosos de coincidir con posiciones izquierdistas en cuestiones de natalidad.
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