Alberto Núñez Feijóo EP

Feijóo: «España gana una Alcaldía reaccionaria en Pamplona y pierde un partido de Estado»

El líder del PP se abre a aprobar las medidas anticrisis solo si Sánchez las reajusta y justifica la mediación de la UE para el CGPJ al sentirse «engañado»

Jueves, 28 de diciembre 2023, 12:44

El año que acabará el domingo pudo ser en el que Alberto Núñez Feijóo alcanzara, a la primera, la Moncloa tras haber sido entronizado para capitanear el partido que el cisma interno casi arrastra al abismo. Finalmente no lo fue y este 2023 ha representado, ... en buena medida, la punzante digestión de una derrota inesperada. El balance del ejercicio que este mediodía ha efectuado el jefe de filas del PP en un hotel de Madrid no ha eludido la constatación de la conquista de Pedro Sánchez al retener el poder. Pero es el único triunfo que ha reconocido, con un toque de ironía, a su rival en un recuento del ejercicio que ahora vence en el que Feijóo ha intentado dar la vuelta a la frustración de no ser presidente por la vía de prometer que continuará intentándolo -«el cuándo lo elige el independentismo»-; reivindicar a su sigla como la que encarna la «mayoría social» del país; y subrayar que tiene todo el derecho a pronunciarse sobre cómo gobernar porque se impuso en las urnas y los suyos pilotan la gran mayoría de las comunidades autónomas.

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Sobre esta convicción, la de que los populares están «obligados» a erigirse en alternativa frente a un Sánchez al que ha sometido a una severa disección, señalándole como culpable de haber llegado «más lejos que nadie» en sus cesiones al independentismo y de recrear una sociedad con ciudadanos de «primera» con «los privilegios» para sus socios y de «segunda», se explayó en denunciar la triple crisis que, a su juicio, amenaza el presente y el futuro de España: la económica, la institucional y la ética. Sobre la primera, se ha abierto a negociar y en su caso aprobar las medidas anticrisis renovadas por el Ejecutivo este miércoles, en su última reunión del año, pero sobre una triple premisa -deflactación del IRPF, rebaja del IVA para carne, pescado y conservas y aminoración del gasto público- que vienen siendo recurrentes desde Génova y que el Consejo de Ministros no parece dispuesto a considerar.

Y sobre la última, con los ecos de la moción de censura que ha otorgado a Bildu, con los votos decisivos de los socialistas, el Ayuntamiento de Pamplona colándose en la sala de prensa donde ofrecía su comparecencia, Feijóo se ha afanado en desmontar que el vuelco político en la capital navarra, justo y apenas siete meses después de las elecciones locales del 28-M en las que la fuerza más votada fue la derecha de UPN, la sitúe en el universo del progresismo, persuadido de que todo responde al «pacto encapuchado» entre el presidente del Gobierno y Arnaldo Otegi a fin de asegurar la reelección del primero y la homologación del segundo en la etapa histórica post-ETA. «España no gana una Alcaldía progresista. Gana una Alcaldía reaccionaria y pierde un partido de Estado», ha zanjado el líder del PP, que ha identificado a su partido como el único que puede considerarse garante del constitucionalismo.

Seis días después de haberse reunido con Sánchez en un encuentro que, contra pronóstico, abrió la puerta a terminar de acordar la renovación del Consejo General del Poder Judicial mediante intervención de la Comisión Europea y a sustituir el peyorativo «disminuido» del artículo 49 de la Constitución -Cuca Gamarra, negociadora con el PSOE, cree factible su registro en el Congreso antes de este 1 de enero pese a lo ajustado de los tiempos-, Feijóo ha vuelto a pintar a su oponente como un político al que solo le interesa la continuidad en el poder al precio que sea y que esta permitiendo «un nivel de acoso a la justicia, las instituciones» y contra la separación de poderes «de una intensidad insoportable». El jefe de la oposición, que ha repasado los doce meses de 2023 titular a titular contra Sánchez, le ha acusado de «cerrar el círculo» este diciembre con la amnistía que remata la despenalización del 'procés' iniciada con la supresión de la sedición y «brindando con Bildu» en el Ayuntamiento pamplonés. El presidente, ha remachado, ha enviado al PSOE «fuera del constitucionalismo, del sentido común y de la dignidad», aquejado de una «ambición desmedida» que le ha llevado «más lejos» de lo que alcanzó nunca ninguna reivindicación independentista.

Persuadido de que la intención de Sánchez es intentar que sus «atropellados» pasos para conservar la Moncloa, que supondrían «un escándalo» en cualquier país europeo, se olviden con el nuevo año, Feijóo le advertido de que le tendrá enfrente este 2024 para evitar que la degradación que ha descrito prosiga y arraigue. No obstante, sabedor de que una oposición frontal sin mano tendida en asuntos de Estado contradice la reivindicación de su partido como el que busca la concordia, jefe de filas del PP se ha afanado en subrayar que, «pese a todo», quiere pactar el CGPJ avisando, eso sí, de que vigilará «de cerca la renovación y el método de elección» de los vocales. Y ha dicho comprender «la sorpresa» de que pidiera la intermediación -aceptada por el presidente del Gobierno- de Europa. «Nos han engañado tanto...», ha justificado.

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Feijóo se ha mostrado dispuesto, también, a negociar con el Gobierno y avalar en su caso el decreto anticrisis aprobado ayer y que prolonga parte de las medidas adoptadas este 2023 para tratar de contener los devastadores efectos de la inflación. Pero su bosquejo de la situación económica del país ha sido tan diametralmente opuesto del de Sánchez -España, ha insistido, sigue en puestos punteros en los precios, la pobreza infantil, la deuda y el déficit y a la cola de la UE en empleo-, su crítica tan acerada a «la trampa» de que el Ejecutivo pretenda que el PP le secunde cuando no habla con él y sus exigencias tan reiteradas sobre la bajada de impuestos que el margen para el entendimiento no parece factible.

El líder del PP dice que Ortega Smith debe dimitir

Alberto Núñez Feijóo ha respondido hoy con un rotundo 'sí' a la pregunta de los periodistas sobre si Javier Ortega Smith debe dimitir como concejal de Madrid por haber dado un manotazo a una botella de agua contra el edil de Más Madrid Eduardo Rubiño. El presidente del PP ha tildado de «inadmisible» el ataque del dirigente de Vox, pero ha criticado también «la doble moral» de la izquierda por denunciar las agresiones en política solo en los casos que sufren sus cargos. Además ha afeado que Yolanda Díaz no denunciara un episodio similar que padeció él, comandando la Xunta gallega, por parte del entonces dirigente de la coalición Alternativa Galega de Esquerda, el histórico nacionalista Xosé Manuel Beiras, sin que fuera denostado por la hoy vicepresidenta del Gobierno.

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