El hermetismo con el que PSOE y Junts celebraron su reunión este sábado en Ginebra (Suiza) y la elección por parte de ambos partidos del diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez como verificador de estos encuentros ha cargado de nuevos argumentos la ofensiva en las ... calles que el PP mantiene desde hace ya dos meses contra la ley de amnistía. Este domingo, los populares volvieron a exhibir músculo en un acto multitudinario –15.000 personas según Génova; 8.000 calculó, en cambio, la Delegación del Gobierno– celebrado en las cercanías del Templo de Debob en Madrid, a pocos metros de la sede socialista de Ferraz. Desde allí Alberto Núñez Feijóo tachó de «humillación insoportable» la figura del mediador y las negociaciones entre los socialistas y el partido de Carles Puigdemont y aseguró que no dejará «pasar ni una más» a Pedro Sánchez.
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La mañana era fría, pero los ánimos de los presentes estaban calientes y la tensión se palpaba en cada rostro. Gritos de «Puigdemont, a prisión» o «Sánchez, dictador» fueron las respuestas a las arengas lanzadas desde el escenario por el propio Feijóo; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; y el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida. «Este Gobierno no está con la Constitución. No vamos a aceptar la opacidad con la que Sánchez se reúne y negocia. No se negocia en la clandestinidad la dignidad y la democracia de España. Poner el futuro de España en manos de un ciudadano de El Salvador es una vergüenza. Exijo en nombre de España que cese este despropósito», insistió el dirigente gallego del PP.
Feijoó también advirtió de que la de este domingo –la sexta movilización de envergadura que convocan en dos meses– no será la última de las movilizaciones. «Tendrán varias tazas de caldo democrático», aseguró. Sin embargo, el presidente de los populares, que ha logrado a lo largo de todo este tiempo mantener la pulsión de la calle y cada vez se encuentra más cómodo en este tipo de actos, no renuncia a la vía parlamentaria como herramienta de oposición frontal a la acción del Gobierno.
Un día antes ya dio orden a sus portavoces en el Senado, Congreso y Parlamento Europeo de «activar todos los mecanismos» necesarios para que el Gobierno rinda cuentas sobre sus reuniones con Junts. Señaló en el calendario, específicamente, el próximo 13 de diciembre, cuando el nuevo Ejecutivo de Sánchez se enfrentará a su primera sesión de control en la Cámara baja en lo que ya promete ser un pleno de alto voltaje. «Responderemos en el parlamento, en las asambleas autonómicas, en los ayuntamientos y en las calles», advirtió, emulando un conocido discurso de Wiston Churchill durante la Segunda Guerra Mundial.
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Lo que sí quiso dejar claro Feijóo es que los suyos no ponen en cuestión «la legitimidad de este Gobierno» y que sus críticas se dirigen, en cambio, «a su desvergüenza». «No tienen moral, se presentaron a las elecciones mintiendo a todos. Este Gobierno no representa a un país al que no le van a quitar su dignidad», zanjó.
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El líder del PP escaló este domingo un peldaño más en su tono contra Sánchez y trató de dar la vuelta a la metáfora del «muro democrático» con la que el presidente delGobierno defendió su investidura. En el caso del líder socialista, su intención era señalarse como un dique de contención contra las derechas, pero Feijóo afirmó que ese muro «solo sirve para dividir a los españoles». «En el lado del muro en que se ha colocado Sánchez solo hay mentiras, corrupción política, tensiones e incumplimiento de la ley», apostilló entre aplausos.
La política internacional del Gobierno también tuvo hueco en el acto de este domingo. Feijóo calificó de «bochorno»la decisión de Israel de retirar a su embajadora en Madrid y el comunicado de Hamás agradeciendo las palabras que el presidente pronunció durante su viaje a la región. «Dentro de nuestro país ya los conocemos. Fuera de España ya les empiezan a conocer. Al mundo, los españoles les decimos que España es mucho más que su Gobierno», apeló el presidente del PP.
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El acto tuvo lugar tres días antes de que la Constitución cumpla 45 años, una efeméride que se dejó sentir en los discursos de Feijóo y de Ayuso. «La Constitución está más viva que nunca. No hay que hacer constituciones paralelas. Van contra la unidad de España», sostuvo la dirigente madrileña, una de las más ovacionadas. «Qué humillación tener que ir a Ginebra, con un verificador que medie como si fuéramos dos Estados distintos. No podemos dejar nuestro futuro en manos de un comisario político», señaló.
Almeida, por su parte, también ha cargado contra la reunión PSOE-Junts: «Nosotros no necesitamos ni mediadores ni verificadores, ni escondernos en Ginebra, porque estamos con los españoles. No necesitamos que un salvadoreño venga a decir lo que tenemos que hacer con nuestro futuro».
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