Exteriores pide al Gobierno iraní la liberación de los dos españoles detenidos

La gestión diplomática, desvelada por la cadena televisiva de noticias Iran International y confirmada a este periódico por fuentes del ministerio español, se canalizó a través de una llamada telefónica realizada durante el viaje a París de Albares para participar en el Foro por la Paz y tras la cita mantenida, en los márgenes del encuentro, con el ministro marroquí Nasser Bourita para avanzar en la celebración de la reunión de alto nivel pendiente entre Madrid y Rabat. En esa conversación, el titular de Exteriores requirió a su homólogo la puesta en libertad de Baneira y Sánchez, un asunto que se ha convertido en «prioritario» para el Gobierno español como muestra, apuntan los medios consultados, «la implicación» directa del ministro. Desde que el miércoles por la noche se tuvo constancia del arresto de la joven gallega, el Ejecutivo está en contacto con su familia y también con la de Sánchez para trasladarles la información disponible sobre sus allegados y los pasos que se van dando con las autoridades locales para intentar aliviar su situación.

La detención en Irán de los dos ciudadanos españoles confiere una dimensión nacional al impacto de las movilizaciones que llevan sacudiendo el país de los ayatolás desde el fallecimiento de Masha Amini, de 22 años, tras ser apresada por los agentes que custodian la moral del régimen a mediados de septiembre. La muerte de Amini ha desatado una revuelta sin precedentes cuyo eco ha traspasado fronteras, amplificado por la respuesta internacional del feminismo contra la represión de las fuerzas iraníes. Estas semanas de ira en las calles se han cobrado la vida de 300 personas, con 14.000 arrestos. Ana Baneira, según denunció la Agencia de Noticias de Activistas Derechos Humanos (HRANA), fue arrestada cuando participaba en una de esas protestas.

A Santiago Sánchez se le perdió el rastro hace un mes en el transcurso de su visita a la tumba de Amini en su localidad natal del Kurdistán iraní, de acuerdo a lo que explican fuentes que han seguido el caso. El viajero de aventuras madrileño abandonó España hace nueve meses con el propósito último de llegar a la costa iraní y cruzar hasta Qatar para asistir al inminente Mundial de fútbol.