La Eurocámara presiona a Francia al ratificar 2030 como plazo para la conexión ferroviaria

La comisión de Transportes y Turismo del Legislativo comunitario ha dado su visto bueno al documento, conocido como TEN-T por sus siglas en inglés, en el que se mantiene el horizonte temporal que se contemplaba en origen. Todo ahí continúa según lo previsto pese a que el Gobierno francés sí ha variado sus intenciones. Tal y como adelantó este periódico en febrero, El Elíseo ha actualizado sus planes ferroviarios y ha situado el enlace con España a través de Irún en el último lugar de sus prioridades. Dicho de otra manera, ahora no contempla culminar ese proyecto al menos hasta 2042, doce años más tarde.

Ese cambio cayó como un auténtico jarro de agua fría no sólo en Euskadi sino también en otros territorios vecinos que aguardan a la llegada de la alta velocidad a la frontera como una oportunidad, o más bien una necesidad, sobre todo en términos económicos. Temen que los retrasos redunden en una falta de competitividad, concretamente en pérdidas de inversión y en dificultad para retener el talento. Es por eso que Urkullu, en su calidad de presidente de turno de la Comisión del Arco Atlántico, ha desplegado toda una batería de iniciativas para que París dé marcha atrás en su viraje y se avenga a cumplir con los plazos originales.

Primero impulsó la constitución del 'lobby del Norte' junto a sus homólogos de Galicia, Asturias y Cantabria; después logró sumar a la reivindicación a Navarra y a la región gala de Nueva Aquitania; y más tarde hizo lo propio con Gales, que si bien no está en la UE ni se ve afectada por los enlaces ferroviarios, sí comparte la preocupación de que el Atlántico pierda peso frente al este de Europa. En paralelo, el lehendakari ha querido transmitir esa creciente presión a Francia a través de un intercambio de cartas con Macron y una reunión este miércoles con el embajador galo en España, en la que a su vez arrancó el compromiso de una futura cita con el ministro de Transportes, Clément Beaune.

Negociaciones

Pero en Ajuria Enea han sido conscientes desde el principio de que la clave pasaba por Bruselas, que ya ha emitido los primeros signos de aviso a Francia. Primero fue la Comisión Europea, a través del portavoz de Transportes, Adalbert Jahnz, la que pidió explicaciones a París. El equipo de Urkullu está tratando de cerrar un encuentro también con la comisaria, Adina Valean, para que ejerza su influencia. Y ahora, semanas después, es el Parlamento el que redobla la presión al no ceder en su planteamiento de los plazos. La votación de este jueves ha aprobado el mandato con el que los delegados de la Eurocámara acudirán a las negociaciones con el Consejo, en el que se sientan todos los Estados miembro, incluida la propia Francia.

Por lo pronto, el Gobierno de Macron, en un momento político delicado por la fuerte contestación social a su reforma de las pensiones, no parece tener ninguna intención de reprogramar sus planes ferroviarios. Ni el propio presidente en su carta de respuesta a Urkullu ni el embajador en España, Jean-Michel Casa, en su reunión presencial llegaron a comprometerse a ninguna revisión. Es más, el diplomático se ha mostrado muy crítico en las últimas semanas al acusar al Ejecutivo de Pedro Sánchez de haber planteado «unilateralmente» la fecha de 2030. Tachó de «paradójico», asimismo, que España y Portugal traten de presionar a Francia cuando «nunca han sido capaces» de unir Madrid y Lisboa en tren de alta velocidad.