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El 27 de febrero pasado, tres días después de comenzar la invasión rusa de Ucrania, llegó a Polonia el primer envío de material militar español. Dos aviones A400M del Ejército del Aire transportaron desde la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) 20 toneladas de ... cargamento para asistir a la Fuerzas Armadas ucranianas en el marco de su derecho a la legítima defensa.
El transporte se compuso de equipos de protección individual (cascos, chalecos antifragmentos y contra ataques nucleares y biológicos NBQ) y material sanitario (mascarillas, guantes y trajes de protección médica). Entró al país por carretera desde la ciudad polaca de Rzeszów, a 80 kilómetros de la frontera ucraniana, cuyo aeródromo se ha convertido en el centro logístico de la asistencia a Kiev por parte de la UE y la OTAN.
A demanda de las necesidades que vaya teniendo en cada momento el Ejército ucraniano y, como explican fuentes del Estado Mayor de la Defensa español, «siempre de acuerdo a nuestra disponibilidad y capacidades», en estos diez meses de guerra se han enviado unos 50 convoyes por tierra, mar y aire y se han operado 14 vuelos humanitarios con militares y civiles heridos de gravedad (36 de ellos han sido atendidos en el Hospital Militar de Zaragoza) y víctimas directas o grupos vulnerables (600 personas en total) afectados por el nuevo conflicto en suelo europeo.
Dada la complejidad de establecer el volumen exacto del cargamento enviado desde febrero de 2022, primero porque el grueso lo compone el equipamiento militar (solo en septiembre se enviaron 70.000 uniformes de invierno en decenas de palés), material sanitario (unas 20 toneladas) o alimentos (25 toneladas de raciones de campaña y 'rancho') y segundo por razones de seguridad, la estimación del Grupo de Apoyo a la Proyección (GAPRO) supera las 150 toneladas en estos diez meses de invasión rusa en Ucrania.
En estas partidas se incluyen 49 generadores eléctricos (25 ya han entrado desde Polonia) con destino sobre todo al flanco sur del país (edificios públicos de la región de Odessa), afectados por los ataques selectivos de la Fuerza Aérea rusa contra infraestructuras críticas. El requerimiento de estos grupos electrógenos se hizo en octubre al Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania y España dispuso de un primer avión de urgencia para llevar los cuatro primeros equipos procedentes del Ejército del Aire, de Tierra y de la UME. Luego se produjeron más envíos, entre ellos generadores donados por empresas del sector civil como Repsol y otras que han preferido mantener el anonimato.
Otras de las capacidades ofensivas que ha demandado el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Réznikov, a su homóloga Margarita Robles son los lanzagranadas anticarro (se envió un primer lote en marzo de 1.370), munición de artillería de grueso calibre y de largo alcance y blindados ligeros.
En este sentido, un convoy de nueve camiones de transporte pesado desplazó a Polonia en noviembre ocho vehículos y cuatro ambulancias, y otra docena salieron por vía marítima desde el puerto de Bilbao. Solo en vehículos se enviaron entonces 80 toneladas, además de 5.000 kilos de material sanitario (botiquines individuales de combate y respiradores), según detalló el jefe del GAPRO, teniente coronel Francisco Quesada.
También se ha enviado a Ucrania una batería de misiles Aspide (de medio alcance que incluye un buscador radar), habiéndose completado el adiestramiento de los 19 militares ucranianos que van a utilizar este sistema de armas por efectivos del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), durante seis semanas en la base de Zaragoza.
A preguntas de este periódico, el Ministerio de Defensa no ha querido cuantificar el importe estimado de las 150 toneladas de material donado a Ucrania. Las únicas cifras conocidas son los 282 millones de euros comprometidos por España al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (FEAP), que tras cinco ampliaciones ha comprometido 3.000 millones en total por parte de los aliados.
El Ejército español formará cada dos meses rotaciones de unos 400 militares ucranianos mediante módulos de instrucción básica, desactivación de explosivos, lucha contra explosivos improvisados, tiradores de precisión e instrucción paramédica, según las necesidades que ha solicitado Ucrania hasta ahora. La Fuerza Terrestre ha sido designada para liderar estas actividades de adiestramiento, siendo apoyadas por el resto de Mandos de Primer Nivel del Ejército de Tierra.
Los cursos se impartirán por el llamado «Toledo Training Command», cuya principal ubicación son las instalaciones de la Academia de Infantería de Toledo, que ha sido acondicionada para poder acoger y alojar a los cientos de militares ucranianos.
El primer curso de formación básica comenzó el 14 de noviembre, duró cinco semanas y asistieron 64 militares ucranianos y tres intérpretes. Fueron adiestrados en instrucción de combate, tiros y primeros auxilios.
De forma paralela, entre el 8 y 18 de noviembre fueron formados 21 militares en el empleo del obús remolcado 105/14, un vehículo pesado de armamento de combate cuyo cometido es apoyar con acciones de fuego a las unidades tipo brigada. El curso desarrollado en la base Álvarez de Sotomayor, en Almería, estuvo dirigido por el Grupo de Artillería de Campaña I/32, perteneciente al Regimiento de Artillería Mixto 32 de la Comandancia General de Melilla.
Todas estas actividades de instrucción se realizan bajo el paraguas de la nueva Misión de la Unión Europea de Asistencia Militar a Ucrania (EUMAM-UA).
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