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Esquerra Republicana ha concluido este domingo su congreso interno, del que Oriol Junqueras sale reforzado como líder del partido, lanzando dos mensajes a su ... militancia: se ha acabado la etapa de una ERC «acomplejada» respecto a Junts y segundo, la independencia va para largo.
Casi ocho años después de los hechos de octubre, ERC propone un independentismo que tenga los pies en la tierra, en una posición intermedia entre el PSC, que habla de pasar página al 'procés' y presenta a Cataluña como una autonomía más, y Junts, que trata de «hacer ver que aún estamos en 2017». «No estamos preparados para dar el salto definitivo», ha asegurado la secretaria general, Elisenda Alamany. El salto definitivo ha de interpretarse como la culminación de la secesión. Según la dirigente republicana, el independentismo está en una posición de «debilidad» actualmente: el nacionalismo ha perdido el Govern y la mayoría absoluta en el Parlament. «Vendrán tiempos mejores. Habrá que prepararse para la libertad final», ha asegurado. La segunda jornada del congreso, celebrado en Martorell (Barcelona), ha contado con las intervenciones del presidente del partido, Oriol Junqueras, y la secretaria general, Elisenda Alamany.
ERC fija 2031 como el año en que Cataluña debería estar preparada para empezar a reactivar el 'procés'. En la ponencia estratégica, aprobada este domingo con el 93% de los votos de la militancia, la formación republicana apuesta por lograr una mayoría «sólida y estable» a favor de la independencia de Cataluña en 2031 y trabajar, mientras tanto, para preparar el país, la sociedad catalana y el partido, fortaleciendo las instituciones catalanas y reforzando la conciencia nacional. El texto parte del «principio de realidad» y subraya que la pérdida de la mayoría independentista en el Parlament no es «inocua» y que implica un «cambio de etapa» política. Ante este escenario, ERC defiende que para seguir avanzando en objetivos «ambiciosos» es necesario recuperar esta mayoría independentista y construir las condiciones para hacer efectivo el derecho a la autodeterminación.
El plenario del congreso ha rechazado en cambio una enmienda que definía a Esquerra como un partido «que agrupa a independentistas y soberanistas» y apostaba por una estrategia «compartida entre militantes independentistas y militantes soberanistas» para la construcción de la república catalana, así como por «avanzar con el resto de fuerzas políticas independentistas de izquierda, soberanistas, federales».
ERC se reivindica como partido genuinamente independentista. «Se acabó la Esquerra Republicana acomplejada», ha advertido Alamany. El mensaje iba dirigido a Junts. A los republicanos, durante años, se les ha acusado de ir siempre a remolque de Convergencia, primero, y de Junts, después. La formación republicana ha reivindicado este domingo su autonomía respecto al partido de Puigdemont, que viene a ser una línea a seguir de los últimos meses, ya que tras las últimas elecciones catalanas ERC desoyó las llamadas de Puigdemont a intentar su reelección como presidente de la Generalitat y se decantó por investir a Illa.
Junqueras, en cualquier caso, en su discurso, ha llamado a tejer una «alianza de la esperanza» frente a la «internacional del odio». En clave nacional, puede interpretarse como una apuesta por mantener la mayoría de la investidura de Sánchez para frenar la llegada de la derecha y la extrema derecha al Gobierno español.
Ha hablado de alianzas flexibles y de muchas alianzas para conseguir mayores «cuotas de poder» para Cataluña. El mensaje iba para los socialistas y para Junts. A los socialistas, les ha reclamado un servicio de Cercanías digno y «no tercermundista» y un nuevo modelo de financiación justo, «sabiendo que el más justo es el de un Estado independiente». A Junts, ha interpelado para decir que ERC no quiere «colgarse ninguna medalla». «Estamos dispuestos a que os la colguéis vosotros, si nos ayudáis», ha espetado a los junteros, en concreto al secretario general, Jordi Turull, presente en el plenario de cierre del congreso. ERC pide a Junts que arrime el hombro en la negociación de la financiación singular. Entre las nuevas «cuotas de poder» para Cataluña que reclama Esquerra están un marco de relaciones laborales catalán y un salario mínimo propio.
Junqueras, recibido al grito de «presidente, presidente», ha vuelto a rechazar un rearme europeo, como ya hizo Gabriel Rufián en el Congreso días atrás. «No queremos que la UE gaste más en defensa», ha asegurado, porque ya gasta 4 veces más que Rusia, ha rematado. «No es un problema de gasto, es un problema de convicción», ha dicho. La UE no solo ha de ser una potencia económica, ha concluido, sino también un agente geopolítico comprometido con la democracia.
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