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En medio de los tira y afloja entre el PSOE y su partido –«orfebrería», lo define él–, Pablo Echenique (Rosario, Argentina, 1978) ha sacado tiempo y ganas para escribir 'Memorias de un piloto de combate', el personalísimo desnudo de un «'cascao' que se doctoró en ... Física, dirigió Podemos e hizo posible el primer Gobierno de coalición», según reza la cubierta del libro. No está claro que ese Ejecutivo vaya a sobrevivir al cisma por la reforma del 'solo sí es sí', la ley que un «preocupado» Echenique vindica con pasión y sin asomo de crítica.
–Si el PSOE saca adelante esa reforma con el apoyo del PP, ¿eso aboca a Unidas Podemos a salir del Consejo de Ministros?
–Vamos a trabajar para que ese escenario no se dé, pero no por un tema de permanencia en el Gobierno, sino porque sería un retroceso en los derechos de la mujer. No queremos que eso pase, por eso el Ministerio de Igualdad ha pedido una reunión al socio mayoritario y estamos a la espera de que pueda producirse. Nos parece un escenario terrible.
–¿Creen que el golpe de mano del presidente esconde un intento de los socialistas de expulsarles del Ejecutivo?
–Yo espero que nadie esté pensando en clave electoral con un asunto como este. Sería un error gravísimo que ante un logro como el de eliminar el calvario probatorio para las mujeres haya quien esté haciendo cálculos.
–¿Entonces?
–Es difícil valorar la estrategia que pueda tener el presidente. Insisto en que sería un error si estuvieran pensando en clave electoralista. Ha habido muchos debates difíciles en el Gobierno que hemos sido capaces de resolver, como la ley trans, que tuvo diferencias profundas. Ojalá pase lo mismo con el 'solo sí es sí'.
–Hace apenas unos meses celebraban el «giro a la izquierda» de Sánchez. ¿Qué ha cambiado?
–Habría que preguntarles a ellos. El PSOE siempre tiene la tentación de ir a buscar votos al centro y se ven presionados y afectados por los discursos que vienen por el lado derecho. Y creo que eso es lo que estamos viendo con la ley del 'solo sí es sí'. Es una buena ley, del conjunto del Gobierno, de la mayoría feminista de la Cámara. Pero en el momento en el que aparece una reacción a ese avance feminista, nosotros nos mantenemos firmes y el PSOE decide comprar una parte de esos argumentos.
–El presidente les ha retado a presentar una propuesta viable.
–Hemos hecho muchas, hasta siete, y todas protegen el consentimiento. Los que solo han hecho una son los socialistas, idéntica a la del PP.
–Y esta propuesta que ahora consideran«inaceptable», ¿lo va a seguir siendo si el PSOE no la cambia y pasamos el 8-M?
–No vamos a aceptar ninguna que vuelva al Código Penal de La Manada, que recupere el calvario probatorio. Hemos aceptado la propuesta del PSOE de modificar la escala penológica pese a no creerlo necesario. Ese avance no es patrimonio de Irene Montero o de Unidas Podemos, es patrimonio de un movimiento popular y feminista que en las calles dejó claro lo que había que hacer.
–Y si ese «retroceso» se produce, insistiéndole, ¿podrán seguir ustedes en el Gobierno, por coherencia?
–No hemos tenido ese debate ni valorado ese escenario porque estamos poniendo todas las energías en que no se llegue a ese punto. Es cierto que la preocupación es máxima. Pero se da una contradicción en el discurso del PSOE: nos piden discreción, bajar los decibelios, y, sin embargo, pretenden que vayamos a un pleno en el Congreso con todas las cámaras encendidas y en el que se va a romper la mayoría feminista. ¿Hay algo más ruidoso que eso? Estamos intentanto trabajar para que ese escenario se evite. Sería trágico.
–¿Tiene el PSOE un problema con las leyes feministas que emanan de Igualdad?
–Negarlo sería negar la realidad, ya hemos visto varios ejemplos. Yo no miento en las entrevistas.
–A diferencia de ERC y EH Bildu, el PNV apoya la reforma del PSOE. ¿Le excluyen ya de la mayoría feminista del Congreso?
–Nos ha sorprendido su posición, sinceramente. No sé muy bien lo que ha ocurrido, porque no es la misma postura que con la ley trans.
–¿Y no les preocupa la imagen de división que proyectan desde el Gobierno aireando sus divergencias en este asunto?
–Nos preocupa. Nosotros hemos mantenido la discreción durante varias semanas hasta que el socio mayoritario decidió filtrar a los medios su postura y luego registrarla unilateralmente como proposición de ley. Ojalá pudiéramos haber evitado dar esta imagen, pero pensábamos que era un debate superado en España. No entendemos por qué han elegido este camino.
–¿Es sostenible seguir defendiento que la ley está bien hecha con centenares de rebajas de penas a agresores sexuales? ¿No asumen ningún error?
–Nos ha sorprendido la reacción de una parte del Poder Judicial, no porque seamos inocentes, sino porque ha sido muy virulenta. Ninguno de los informes preceptivos que la ley recabó para ser aprobada en el Congreso advertía de esa posibilidad. El CGPJ nos advirtió de que no debíamos bajar las penas máximas y el Ministerio de Igualdad hizo caso. Nos preocupa esa reacción porque revictimiza a mujeres que han sufrido una agresión sexual.
–¿Hasta cuándo puede esperar su espacio político a que Yolanda Díaz concrete o no su candidatura a las generales?
–Nosotros pensamos que ya llegamos tarde. Respetamos los tiempos de Yolanda, pero, cuanto antes nos pogamos de acuerdo, mejor. Nosotros vamos a trabajar para que haya un acuerdo y lo antes posible.
–¿Les molesta que la vicepresidenta se sitúe entre el PSOEy Unidas Podemos cuando hay una polémica, que no se moje?
–Cada líder tiene su estilo comunicativo. Imagínense que todo el mundo tuviera el mío... (ríe).
–¿Sigue manteniendo que ella es la mejor candidata posible?
–Lo hemos dicho claramente. Si ella da el paso y quiere ser la candidata de Podemos, IU y todos los demás, vamos a trabajar para que eso sea así. Los detalles de cómo se va a configurar es precisamente lo que no se ha concretado.
–Y esa concreción, ¿debe respetar la preeminencia de Podemos en ese futuro «frente amplio» que pretende Díaz?
–En política, lo lógico es que cada uno tenga el peso que tiene. No tiene sentido plantear pesos artificiales.
«Ahora ya me podéis citar como escritor». Pablo Echenique bromea en su despacho del Congreso, durante un receso del pleno del jueves en el que se debatían la ley trans y la del aborto, con 'Memorias de un piloto de combate', el libro que acaba de publicar. El dirigente de Podemos confiesa que fue Pablo Iglesias el que le animó a convertir su idea inicial, un compendio de la historia política de la formación morada, en una historia «más personal».Echenique habla en el libro sin tapujos sobre su discapacidad y sus consecuencias físicas y emocionales en su vida. Pero evita augurar cuál será el próximo capítulo: «Si no revalidamos el Gobierno de coalición, cada uno tendrá que decidir si se vuelve para su casa o no».Cuando se le pregunta por las palabras del actor Telmo Irureta, que reconoció que la prostitución «no puede desaparecer» porque ayuda a las personas con discapacidad, el dirigente de los morados señala que «es un debate muy complejo». «Nunca he pagado por mantener relaciones afectivas ni lo haré», zanja.
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