Más de 5.000 encapuchados participaron en la noche más violenta del independentismo catalán

Se trata, según los responsables de la seguridad del Estado, de la más multitudinaria acción de 'kale borroka' en España y, por supuesto, de los mayores altercados desde que se iniciara el proceso independentista catalán. Los primeros cálculos del Gobierno hablan de más de 200 focos de incidentes entre las ocho de la tarde del martes y la madrugada del miércoles.

De la envergadura de los disturbios de la noche más violenta del independentismo catalán hablan las cifras provisionales: 72 agentes heridos y 51 manifestantes detenidos.

Según este balance provisional, 54 Mossos y 18 agentes de Policía Nacional resultaron heridos, en el caso de la policía autonómica algunos agentes sufren «fracturas y lesiones de consideración». Asimismo, cuatro furgonetas de los Mossos fueron devastadas

En total, fueron atendidas 125 personas por el Sistema de Emergencias Médicas (SEM), 18 de ellos trasladados a hospitales, aunque ninguno de ellos reviste gravedad. Solo en Barcelona se atendieron a 74 personas, ocho de ellas trasladadas a hospitales.

Según los datos del Ejecutivo, solo en la ciudad de Barcelona hubo 157 barricadas. La estrategia coordinada de los CDR en la ciudad condal fue en la que más se dejo notar. Cuando a las nueve de la noche la ANC y Òmnium dieron por acabadas las concentraciones frente a las subdelegaciones y delegación de las capitales, los encapuchados de Barcelona dieron el pistoletazo de salida a los disturbios tratando de romper el cordón policial que contenía a unas 40.000 personas. Solo minutos después ocurrió exactamente lo mismo en Lérida, Tarragona y Gerona, según los analistas del Ministerio del Interior y de los Mossos. De forma simultánea, el lanzamiento de objetos a las fuerzas de seguridad, pasó al «arremetimiento» para provocar las cargas.

Jardinets de Gràcia, Universitat, Eixample, paseo de Gràcia, Gran Vía, Bruc, Pau Claris, Malllorca…. Los CDR lograron provocar el caos en el corazón de Barcelona en cuestión de minutos, cortando el paso a las fuerzas de seguridad con la quema masiva de contenedores. Los bidones de gasolina aparecieron de inmediato para levantar barricadas de fuego, no solo en las capitales de provincia, sino también en ciudades como Sabadell o Tarrasa.

Tras la noche de fuego e ira, los CDR, que se habían visto desplazados en las últimas semanas por la plataforma Tsunami Democràtic y su toma del aeropuerto de El Prat el lunes, sacaron pecho la mañana de este lunes con un comunicado haciendo un llamamiento a mantener la movilización permanente, al tiempo que exigieron al Govern de la Generalitat y a los partidos soberanistas que desobedezcan la sentencia, rompan con el Estado y hagan frente común para «avanzar hacia la república. Solo desafiando al Estado represor desde todos los frentes conseguiremos la libertad del país y de los rehenes«, apuntó el CDR central, que coordina a los 270 comités locales. La coordinadora de los CDR apuntó que la única violencia que se ha podido ver las últimas horas es la ejercida por las fuerzas de seguridad del Estado y los Mossos. «No caigamos en la trampa de aquellos que nos quieren desmovilizar con el falso argumento de la violencia», apuntaron. Los comités advitieron de que ha empezado un «camino de no retorno», con una «vergonzosa» sentencia que «encendió la chispa» y una «violencia policial que ha avivado la llama».