Cándido Conde-Pumpido y María Luisa Balaguer. R. C.

La elección del presidente del Constitucional ahonda la división entre los magistrados

Los progresistas Conde-Pumpido y Balaguer se disputan la plaza clave en una votación secreta este miércoles y el tribunal se volverá a partir tras su renovación

Mateo Balín

Madrid

Miércoles, 11 de enero 2023, 01:01

La elección del nuevo presidente del Tribunal Constitucional (TC), que se decidirá este miércoles en un pleno extraordinario con dos candidatos en liza, Cándido Conde-Pumpido y María Luisa Balaguer, ambos de sensibilidad progresista, ha agrandado la división existente entre los magistrados tras un convulso ... mes de diciembre. Un periodo marcado por la suspensión de la tramitación parlamentaria de una ley por vez primera en la historia de la corte de garantías, que pretendía precisamente agilizar la renovación del órgano y que generó un desgaste sin parangón en la institución, partida en dos.

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La resaca de aquella instrumentalización del TC en el debate partidista -el presidente saliente Pedro González-Trevijano asumió en su discurso de despedida el «fracaso» que supone «blandir» la Constitución en la «refriega política»- no solo ha dejado un denso poso, sino que a la habitual disputa entre bloques -conservadores frente a progresistas- se ha sumado también la rivalidad entre los propios integrantes de uno de los sectores para nombrar a su nuevo presidente durante los próximos tres años, al menos.

El intento el martes de los siete magistrados del bloque progresista, y ahora mayoritario del TC tras consumarse la renovación parcial a finales de diciembre, para designar a un único candidato no fructificó. Una circunstancia que deja entrever los problemas que tendrá este sector para consensuar posiciones sobre temas relevantes pendientes de sentenciar: aborto, eutanasia, reforma educativa, reforma laboral, vivienda o la devolución de las competencias de los nombramientos al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

La magistrada Segoviano, que se decantará «por el perfil más idóneo, gestor, organizador y empático», tendría el voto decisivo

Ni Conde-Pumpido ni Balaguer, ambos nombrados por el Grupo Parlamentario Socialista en 2017 en el cupo correspondiente al Senado, no han dado su brazo a torcer y hoy medirán sus fuerzas en un pleno que llega con varios interrogantes sobre la posición de varios magistrados. Uno de los dos será el sustituto de González-Trevijano hasta 2026, cuando finalice su mandado si no hay prórroga, mientras que la vicepresidencia recaerá con toda seguridad en Ricardo Enríquez, el miembro con mayor antigüedad del bloque conservador. La votación será secreta y requerirá mayoría absoluta, pero si no hubiera acuerdo se procederá a una segunda vuelta que se resolverá por mayoría simple, esto es, con seis de los once votos en juego valdría.

La incógnita Segoviano

Así las cosas, el escenario está abierto y las quinielas echan humo. El sector conservador -ahora con una minoría de cuatro miembros- se inclinaría por Balaguer, lo que daría al menos cinco apoyos incluyendo el suyo. De modo que la pugna se sitúa en el seno del sector progresista, aunque no está claro cuántos votos podría sumar la catedrática de Derecho Constitucional.

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Los magistrados Ramón Sáez, Inmaculada Montalbán y los recién llegados Juan Carlos Campo y Laura Díez, ambos designados por el Gobierno, serían más proclives por la candidatura de Conde-Pumpido (fiscal general del Estado entre 2004 y 2011, en los dos gobiernos de Rodríguez Zapatero). De modo que el voto clave sería el de María Luisa Segoviano, la magistrada del Supremo que acaba de aterrizar en el TC procedente del turno del CGPJ. Pese a coincidir con Conde-Pumpido en el alto tribunal, su postura es una incógnita, primero porque acaba de tomar posesión y segundo porque no se conoce ningún posicionamiento previo, más allá de sus declaraciones en algunas entrevistas recientes.

El bloque progresista mostró este martes su debilidad al no poder consensuar un candidato tras el cambio de mayorías del TC

«Quiero que sea la persona más idónea, que a lo mejor me equivoco. No importa que sea hombre o mujer, sino alguien que encarne los valores óptimos para presidir un tribunal. Yo he presidido varias salas y sé que es muy importante la capacidad de gestión, de organización y de empatía para conseguir un ambiente distendido. Cuando vea qué planteamientos y formas de abordar determinadas cuestiones tienen, lo decidiré», explicó.

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Conde-Pumpido pertenece a una larga saga de juristas gallegos. Se licenció en Derecho, en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad de Santiago de Compostela y se forjó en el País Vasco, como magistrado de la Audiencia de San Sebastián durante cinco años, desde 1981 a 1985, considerados «los años de plomo» de ETA. Fueron los más violentos por la respuesta de la llamada «guerra sucia» perpetrada por el GAL. Nunca ha sido un magistrado cómodo, sino díscolo, aunque nadie pone en duda su dilatada experiencia y su solvencia jurídica.

Por su parte, la jurista andaluza María Luisa Balaguer está estrechamente ligada a la universidad. Su paso por el TC ha dejado votos particulares en las resoluciones claves sobre el 'procés' catalán, cuyas condenas consideró excesivas junto a su compañero Juan Antonio Xiol.

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