La ejecutiva de ERC ratifica la abstención a la prórroga del estado de alarma

ERC votó en contra en las dos últimas votaciones sobre el estado de alarma. Durante el debate, Gabriel Rufián advirtió al PSOE de que estaba poniendo en peligro el «espíritu de la investidura» si seguía pactando con Ciudadanos. Esquerra ha mantenido, no obstante, las conversaciones con los socialistas y ha conseguido que el Gobierno se comprometa a volver a convocar la mesa de diálogo sobre Cataluña para el mes de julio.

Cuando parecía que ERC se había distanciado del Gobierno, el sábado pasado, por sorpresa, la formación independentista anunció un acuerdo con el Ejecutivo para volver a abstenerse en votación de la prórroga del estado de alarma, con la condición de que sea la última prórroga y sea por 15 días. «Cataluña intervendrá en la gestión de los Fondos Europeos para la reconstrucción anunciados desde Bruselas. Son miles de millones para reindustrializar el país ante la crisis provocada por la pandemia», según el comunicado que envió Esquerra. Cataluña recuperará además las competencias y será la autoridad en la toma de decisión del proceso final de la desescalada a partir de que las regiones sanitarias entren en la Fase 3. El Gobierno español se compromete además, según los republicanos, a impulsar los cambios legales para que se evite la implantación del estado de alarma los próximos meses, incluso en el caso de rebrote, «de manera que se respeten a partir de este momento los derechos fundamentales y las libertades».

Quim Torra celebró hace dos semanas que ERC votara en contra de la prórroga del estado de alarma y que todo el independentismo votara unido contra el Gobierno. El presidente de la Generalitat rechaza en cambio el acuerdo alcanzado por sus socios y asegura que no vincula a JxCat. El acercamiento de ERC al PSOE ha provocado que los republicanos se hayan distanciado aún más de sus socios de JxCat en el Govern. La guerra entre ellos era hasta ahora soterrada, pero tras el apoyo de Esquerra a la última prórroga del estado de alarma y el rechazo de Quim Torra, la pugna independentista ha regresado con toda su fuerza a la superficie. Como lo era antes del estallido de la pandemia, en que Torra dio la legislatura por agotada.

ERC y JxCat se han cruzado esta mañana dardos envenenados, lo que agrava la división entre los dos socios, que si aguantan juntos ya es casi por una cierta inercia. ERC ha acusado a los postconvergentes de «irresponsables» por mantener una posición de «bunkerización» que a su juicio «no es útil» para la ciudadanía. «Creemos que es un buen acuerdo», ha afirmado la portavoz republicana, Marta Vilalta, sobre el último pacto suscrito con el Gobierno central que implicará la abstención de Esquerra en la votación sobre el estado de alarma de este miércoles.

«Si alguno lo ningunea, que explique si renunciará a los fondos de la Unión Europea o al retorno de las competencias», ha espetado a sus socios nacionalistas. «Es irresponsable que quien no ha llegado a acuerdos critique los pactos alcanzados por otros», ha afirmado tras la ejecutiva semanal de ERC. El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha arrojado más gasolina al fuego al asegurar esta mañana en la Ser que es lógico que a la derecha catalana no le guste un gobierno progresista. La alternativa es una derecha envalentonada, ha avisado. Esquerra ha reclamado, una vez más, a Quim Torra que se siente a hablar para pactar una fecha para las elecciones catalanas y evitar así que sea el Supremo quien «interfiera en la agenda».

Carles Puigdemont ha replicado a los republicanos a través de las redes sociales. El expresidente les ha acusado de hacer saltar por los aires la unidad del independentismo. «Si no podemos ir juntos debemos explicar que no seremos independientes», ha advertido. «Quien quiera la independencia y haga un ejercicio de honestidad intelectual y política, debe explicar cómo lo piensa hacer sin unidad», ha rematado. La consejera de Presidencia, Meritxell Budó, ha minimizado la crisis con ERC, pero ha vuelto a rechazar el acuerdo de los republicanos con Sánchez.