Manifestaciones para tratar de capitalizar el descontento social

Vox está decidido a aprovechar el momento para erigirse en alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez. La oportunidad le llega en un momento especialmente dulce para sus intereses, con todos los sondeos electorales coincidiendo en un incremento de apoyos y, en algunos de ellos, incluso acariciando con los dedos el 'sorpasso' al PP en el bloque de la derecha. También se produce apenas unos días después de su estreno en el poder institucional en España, con la presidencia de las Cortes de Castilla y León y su inminente incorporación a la Junta con la vicepresidencia y tres consejerías.

Con el PP enfrascado en su proceso interno de sucesión y en plenas negociaciones con el Gobierno para un entendimiento de país que responda a las consecuencias económicas de la guerra, Vox busca marcar perfil y rentabilizar la incipiente ola de indignación social ante la subida de precios. A diferencia de los populares, que gobiernan en cinco comunidades autónomas, los de Abascal no sienten la presión sobre sus espaldas para tomar medidas urgentes que alivien el bolsillo de los ciudadanos. Y eso es un importante balón de oxígeno para redoblar su estrategia de oposición dura en el Congreso y extenderla a las calles.

En el cuartel general del partido confían en revelar este sábado una potente fotografía de movilización. No es la primera vez que Vox recurre a convocatorias frente a las sedes consistoriales. Ya lo hizo en otras ocasiones, por ejemplo, en defensa de la Constitución y contra los pactos de PSOE y Podemos con el independentismo. Pero en aquellas citas, como la de enero de 2020, se llegó a enfrentar a evidentes pinchazos de asistencia, especialmente en territorios en los que tiene escasa implantación. Es por ello que esta vez la dirección de Abascal combinará esas convocatorias dispersas con una manifestación central en Madrid.

La reivindicación de las convocatorias -la principal se celebrará en la Plaza de Cibeles, junto al Ayuntamiento, y tendrá discurso del propio presidente de la formación- es la «soberanía energética» como receta frente a la subida del precio de la luz y de los combustibles. «El Gobierno te está saqueando. ¡Sal a defenderte!», clama el cartel. Pero los organizadores tampoco ocultan que la protesta va mucho más allá del apartado energético y se extiende a toda la respuesta del Ejecutivo de Sánchez a la crisis.

A lo largo de esta semana, Vox ha ido calentando las concentraciones y ha encontrado un trampolín en la huelga de transportistas, convocada por una parte minoritaria del sector pero que está teniendo un significativo impacto en las cadenas de suministros, hasta el punto de requerir un importante despliegue de Policía Nacional y Guardia Civil. La formación ha secundado los paros, «legítimos» según Abascal, y ha arrancado un cuerpo a cuerpo con el Gobierno, que atribuye las movilizaciones a «grupos de ultras» y a un «boicot alentado por la extrema derecha».

Tras la cita de este sábado al mediodía, Vox volverá a las calles el domingo, esta vez para secundar la marcha del mundo rural convocada en Madrid por asociaciones agrarias, cazadores y el sector del toro. Allí, por el contrario, no estará solo políticamente hablando porque se encontrará con una representación del PP. En Génova han decidido incorporarse al llamamiento del campo para evitar que la extrema derecha monopolice las reivindicaciones en una materia de la que Abascal suele hacer bandera.