Los disturbios de Tsunami Democrático abren una nueva fisura en el Govern catalán

Chacón se ha sumado a la preocupación que existe en el mundo empresarial por el efecto que las protestas, las de esta semana en la AP-7, y las que se produjeron de carácter violento en las calles de Barcelona, pueden tener sobre la economía. La patronal Fomento del Trabajo reclamó el lunes pasado a Quim Torra que acabara con el corte de Tsunami en La Jonquera. En concreto, le pidió una declaración formal al presidente de la Generalitat para que los activistas levantaran la protesta que duró tres días.

El presidente de Seat, por su parte, mandó un aviso sobre los efectos en las inversiones internacionales en Cataluña. Torra ha evitado todos estos días condenar el colapso de la frontera. Ayer evitó las críticas en su comparecencia en la sesión de control al Govern en la Cámara catalana. «¿Sabe cuánto nos costó la bromita de sus amigos cortando La Jonquera? 15 millones de euros al día», le espetó ayer la portavoz de Ciudadanos, Lorena Roldán. Torra replicó que «en este país se garantiza la seguridad, la libre circulación de personas y bienes, pero también el derecho a la protesta». El vicepresidente y consejero de Economía, Pere Aragonès, instó ayer a la gente a seguir «movilizada», porque «no podemos aflojar».

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Las protestas tocan de cerca al presidente de la Generalitat, que siempre ha mostrado su simpatía hacia los CDR. Dijo en su día que miembros de su familia pertenecen a estos grupos de protesta y habló de ellos como sus «amigos». «Apretad», les instó en una ocasión. Esta mañana ha trascendido que los Mossos han identificado el coche de una de sus hijas en un dispositivo policial para evitar un intento de cortar la línea del AVE en Bàscara (Girona). La Policía catalana, en cualquier caso, no pudo comprobar si en el interior del coche estaba la hija de Torra pues solo pudieron tomar nota de la matrícula, según 'El Nacional'. El coche fue identificado como integrante del grupo independentista «Segona Onada» (segunda oleada), que agrupa a varios CDR de Girona y que trataban de coger el relevo del Tsunami Democrático, una vez que finalizó su acción de protesta en la AP-7.