Hace falta remontarse al 4 de mayo de 2023 para recordar la última vez que España acogió una visita de Estado. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se paseó entonces por Madrid en el Rolls-Royce Phantom IV –adquirido en los años 40 por Francisco ... Franco– escoltado por 70 caballos de la Guardia Real. Agasajado con todos los honores, el mandatario sudamericano lució el collar de la Orden de Isabel la Católica, visitó el Congreso de los Diputados, almorzó en La Zarzuela y fue, junto a su mujer, Verónica Alcocer, el protagonista de la cena de honor que los Reyes le brindaron en el Palacio Real. Como ejemplo para dar cuenta de lo añejo del momento vivido, en las fotos de la recepción oficial aparecen todavía Meritxell Batet y Ander Gil citados como los presidentes del Congreso y del Senado, respectivamente. El PSOE gobernaba aún con Unidas Podemos y Sumar no había debutado en unas elecciones generales.
Publicidad
Desde entonces se ha producido una situación inédita: una legislatura, la XV, sin visitas de Estado y un año, 2024, que mañana se cerrará sin ver una cumbre de este nivel en suelo español en 366 días (este ha sido bisiesto). Aunque personalidades como el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky; el nuevo primer ministro de Portugal, Luís Montenegro; el mandatario turco, Recep Tayyip Erdoğan; el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi; y así hasta trece dirigentes políticos de distintos países han viajado a España en los últimos doce meses, todas esas visitas tenían la catalogación de 'oficial'. Es decir, un peldaño por debajo.
La diferencia entre este tipo de evento y la visita de Estado estriba en una cuestión protocolaria y de deferencia. Las segundas, tal y como las define la diplomacia española, «son las más importantes y formales». Incluyen actos como un recibimiento oficial con honores a pie de pista en el aeropuerto, un encuentro de trabajo con el Rey en La Zarzuela y una cena de gala en el Palacio Real, otra reunión con el presidente del Gobierno, una alocución a las Cortes Generales, una visita al Ayuntamiento de Madrid y, en ocasiones especiales, un desplazamiento a otra comunidad autónoma. Mientras que las de carácter oficial se dirigen únicamente a un poder del Estado, usualmente al Ejecutivo.
El problema, como reconoce el propio Ministerio de Asuntos Exteriores, es que el número de visitas de Estado es un asunto restringido por diversas cuestiones, especialmente por motivos de agenda internacional. 2023 fue un año de sequía en este sentido y solo se produjo la protagonizada por Petro (no se cuentan como tales cumbres regulares como la hispano-francesa o el encuentro bilateral España-Portugal, entre otras, que también tuvieron lugar ese ejercicio). En 2021 y 2022, por contraste, España acogió diez y nueve visitas de Estado, respectivamente. Un número más cercano a lo habitual. Todo ello sin contar con acontecimientos como la cumbre que la OTANcelebró en Madrid y que acogió a líderes de primer orden como el presidente estadounidense, Joe Biden, en un contexto que puso a España en el centro de la respuesta de la Alianza Atlántica a la invasión rusa de Ucrania.
Pero incluso 2020, un año marcado por las restricciones sanitarias de la pandemia de la covid-19, tuvo su visita de Estado, la del entonces presidente argentino Alberto Fernández, el 4 de febrero. Tan solo un mes después, el Gobierno se vio obligado a decretar el estado de alarma.
Publicidad
Tras una década en la que lo tradicional era recibir, de media, unas dos visitas de Estado anuales, el anterior precedente es 2016, donde el bloqueo político y la imposibilidad de Mariano Rajoy para formar Gobierno a lo largo de once meses –hicieron falta dos elecciones generales, las primeras en diciembre de 2015, y las segundas en junio de aquél año– dejaron en blanco este casillero. Una situación política que no es comparable con la vivida este 2024, en la que el Ejecutivo cuenta con plenas funciones.
¿Por qué tanta tardanza entonces en volver a celebrar una cita de este nivel? La siguiente visita de Estado iba a tener al presidente de Francia, Enmanuel Macron, como protagonista. Pero la inestabilidad política del país vecino –celebró elecciones anticipadas en julio y ha visto cómo, hace menos de un mes, la Asamblea Nacional derribaba al primer ministro Michel Barnier en una moción de censura presentada por la izquierda y apoyada por la ultraderecha– y algunos roces con la diplomacia española –Francia lleva cuatro meses sin embajador en Madrid tras la jubilación de Jean-Michel Casa– mantienen la cita bloqueada.
Publicidad
La invitación al mandatario galo y su esposa, Brigitte, ya ha sido cursada por La Moncloa, pero el Elíseo aguarda a que el Gobierno avale definitivamente el Tratado de Amistad y Cooperación que preveía llevar el vínculo entre los dos Estados al máximo nivel y que ambos firmaron en la última cumbre bilateral, celebrada en Barcelona en enero de 2023. Un hecho que aún no se ha producido. Se espera, no obstante, que esta visita se termine produciendo en el segundo trimestre de 2025.
La inédita circunstancia también ha impedido que la princesa Leonor, ya mayor de edad desde el 31 de octubre de 2023, haya tenido la oportunidad de estrenarse en una de esas cenas de gala que culminan toda visita. Un hecho no menor para la tradición monárquica, dado que supondría la puesta de largo de la heredera al trono, quien, además, se coronaría por vez primera con una de las tiaras de la Familia Real, muy presumiblemente la prusiana, que fue con la que debutaron tanto la reina Sofía como las infantas Elena y Cristina, y también doña Letizia, que lució esa pieza para su enlace con el entonces príncipe de Asturias.
Publicidad
La fecha en rojo en el calendario llegó a estar fijada en este 2024 que ahora termina. En febrero estaba previsto un viaje de Estado de los reyes Carlos y Camila de Inglaterra, visita que se suspendió cuando el monarca británico comenzó a tratarse del cáncer que padece. Era una inmejorable oportunidad para la puesta de largo de la princesa Leonor, más teniendo en cuenta la proyección mediática de la familia real británica. Zarzuela siempre se ha decantado por que el estreno de la heredera en una visita de Estado se produzca ante un rey extranjero.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.