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daniel martínez
Santander
Martes, 5 de julio 2022, 07:48
Hacía mucho que la figura de ministro de Exteriores no estaba tan expuesta. José Manuel Albares (Madrid, 1972) cogió la cartera que dejaba Arancha González Laya en plena operación de repatriación en Afganistán, cerró la nueva colaboración de España con Marruecos -con la sombra de ' ... Pegasus' en el ambiente-, ha tenido que templar los ánimos de Argelia y, sobre todo, cerrar con los socios europeos y de la OTAN la posición común ante Rusia por la guerra de Ucrania.
-¿Cómo será el mundo tras la guerra de Ucrania?
-Estamos empezando a vislumbrar el nuevo orden de seguridad euroatlántico. Lo que hemos hecho en la cumbre de la OTAN es sentarnos todos los miembros de la Alianza a reflexionar para tener un análisis común de lo que está ocurriendo y dar una respuesta común que va a durar tiempo. El concepto de Madrid va a durar una década. Este conflicto y las consecuencias van a durar mucho tiempo porque Rusia no tiene la voluntad de dialogar.
-¿Va a ser un mundo más hostil, más polarizado?
-Esta guerra no la ha querido ni la UE, ni la OTAN, ni España, ni Ucrania. Ha sido por la decisión de Putin de agredir a un país. Es un mundo en el que la guerra vuelve a Europa, en el que se intenta romper el concepto de la carta de Naciones Unidades de la igualdad soberana de los estados.
-Prevé un conflicto prolongado pero, ¿cómo se puede resolver este asunto?
-La salida es solo una: que la paz vuelva a Ucrania. Todas las medidas de España, Europa y la OTAN van encaminadas a eso, a que los soldados rusos vuelvan a las fronteras de Rusia. Pero Putin no está de acuerdo con esta solución y hay que esperar que la guerra continúe.
-El Gobierno pide a los españoles que se preparen para lo peor a partir de otoño. El mensaje da miedo. ¿Puede concretar?
-Las consecuencias económicas y sociales, así como la crisis humanitaria con más de siete millones de refugiados, son globales. No afectan solo a España. Y son consecuencia exclusivamente de la agresión rusa. Ni España ni otros países han hecho nada para encontrarse con esta situación.
-Putin estuvo en la última cumbre de la OTAN como invitado.
-La OTAN y Europa, lo que quieren siempre, es tener relaciones de amistad. Poder negociar ante las diferencias. Eso no ha variado. Lo que ha cambiado es la actitud de Rusia. Lo que hace la Alianza es adaptarse a las distintas amenazas y a eso respondió la cumbre de Madrid.
-¿Hay que avanzar también hacia un ejército europeo o no toca?
-Estamos muy lejos de poder tener un ejército europeo. No es algo sobre lo que se está trabajando.
-De la cumbre sale el compromiso de aumentar el presupuesto militar hasta el 2% del PIB en 2029. ¿En detrimento de qué?
-No hay que ver el gasto militar como algo opuesto al gasto social. En un momento en el que las amenazas para nuestra seguridad se han incrementado tanto, es obligación del país de dar respuesta. Y no olvidemos que el gasto de Defensa tiene una parte de inversión en una industria de altísimo valor tecnológico y generadora de muchos puestos de trabajo de calidad.
-¿Los dos socios del Gobierno se pueden permitir votar separados en un asunto tan trascendental?
-No concibo que ninguna fuerza política pueda estar en contra de garantizar la seguridad de los españoles en un momento en el que las amenazas se han incrementado a su máximo en décadas.
-¿Y si ocurre? ¿El Gobierno de coalición corre peligro?
-Las fuerzas de izquierdas y progresistas llevamos entre las señas de identidad la protección de los más vulnerables. La guerra golpea mucho más al más débil. No veo cuál es la dificultad para que fuerzas progresistas apoyen este tipo de gasto.
-¿Qué debemos esperar que ocurra en los próximos meses en Ceuta y Melilla, teniendo en cuenta la hambruna que parece que se avecina en África?
-La crisis alimentaria es una crisis global. Tiene que ser el gran tema en la Asamblea de Naciones Unidas de septiembre.
-¿Mantiene que no es descartable una intervención de la OTAN en el Sahel?
-El comunicado de nuestra embajada en Malí ha dejado claro que España, ni durante la Cumbre, ni en ningún otro momento, ha pedido ningún tipo de actuación de la OTAN.
-¿Cómo interpreta el Gobierno las últimas encuestas conocidas esta semana, con un vuelco a la derecha?
-La única encuesta de la que me fío es la del día en que se vota.
-¿Usted también ve poderes oscuros que quieren desestabilizar al Ejecutivo?
-Yo sí constato una cosa. Este Gobierno, en circunstancias que no ha tenido ninguno en democracia, se está enfrentando a retos completamente imprevisibles: el covid, el volcán de La Palma... En muchos cenáculos, lo único que veo son críticas al Gobierno.
-Los que critican la tibieza de España con Marruecos en relación a lo ocurrido en la valla de Melilla no son precisamente de extrema derecha.
-Lo que ha ocurrido en la valla es una tragedia que nos conmueve a todos. Lo que ha ocurrido en Melilla tiene causas profundas que arrancan a cientos de kilómetros de ahí y que tienen que ver con el subdesarrollo. Hay que atajar esas causas y lo estamos haciendo.
-Se ha puesto en duda la labor policial y la reacción de España.
-El trabajo de las fuerzas de seguridad españolas y la gendarmería marroquí es complejo, mucho más cuando se produce una avalancha inesperada de 2.000 personas que quieren entrar fuera de los cauces legales.
-Cuando hay 30 muertos, innegablemente algo ha salido mal.
-La tragedia humana nos conmueve, pero la reflexión es que hay que estrechar más la relación entre los países emisores y receptores, con la necesidad de alcanzar un pacto de Asilo Europeo.
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